"El agua nos llega a la casa como mucho dos veces a la semana, mi madre no puede cocinar y no podemos lavarnos siquiera las manos con la frecuencia que quisiéramos". El relato data de hace un año. Así se expresaba, en un artículo publicado en la página web de Unicef, Samar, un libanés de 16 años que habita en El Khiam, una pequeña población fronteriza del sur del Líbano, de mayoría chií, que sufrió graves daños en todas sus infraestructuras por el enfrentamiento entre Israel y Hezbolá.

En el 2006, todos los edificios de El Khiam sufrieron daños y más de un 70% de las viviendas, así como 3 de las 5 escuelas, quedaron completamente destruidas. La localidad ha pasado de tener 30.000 habitantes a apenas 4.000. Los problemas en el suministro eléctrico son el pan de cada día. Ya en el 2008, El Khiam empieza a ver la luz, en parte gracias a la ayuda del Ministerio español de Defensa y de los militares de la base extremeña de Bótoa que están en misión especial en la zona hasta mayo.

En un acto solidario presidido por el general Casimiro Sanjuán y autoridades libanesas, la Agrupación Española en Líbano, integrada en su mayor parte por 700 soldados de la Brigada de Infantería Extremadura XI, ha entregado esta semana al colegio público de El Khiam, uno de los afectados por la guerra, ordenadores, impresoras, reproductores de DVD y un micrófono inalámbrico. También se comprobaron las mejoras en el sistema eléctrico del colegio y el funcionamiento de la conexión a un generador auxiliar, que se han realizado con una inversión de 5.000 dólares del Gobierno español. La huella solidaria española quedará en la zona.