La villa de Galisteo se levanta altiva y bella en un cerro, rodeada de murallas, junto al río Jerte. Fue cabecera del señorío de su nombre, con jurisdicción sobre las aldeas de Aldehuela, Carcaboso, Holguera, Montehermoso, Aceituna, Valdeobispo, Riolobos, Portezuelo, El Guijo y Malpartida de la Despoblada. De origen romano y contigua a la legendaria Vía de la Plata, Alfonso IX de León firmó en el castillo de la histórica localidad el convenio de 1229.

Desde esta privilegiada situación geográfica e histórica, Galisteo ha visto pasar durante siglos los rebaños de ganado de la Trashumancia. Este ir y venir de animales y personas dejó en el municipio un juego-deporte, La Calva , que todavía se conserva, con gran auge. "Hasta hace cuarenta años --especialmente en Galisteo y Aldehuela-- se jugaba a La Calva , todos los domingos, desde que empezaba la Cuaresma, hasta que la Trashumancia volvía otra vez a Castilla en el mes de junio", explica el presidente del Club Placentino de Calva, David Martín.

Pastores, cabreros y vaqueros del entorno, "bajaban los domingos a comprar alimentos para el sustento semanal. Se organizaban partidas de Calva , que se prolongaban durante todo el día en la Plaza de Galisteo". En el mantenimiento de este singular juego-deporte ha desempeñado un papel importante el Club de Calva Placentino, al que pertenecen jugadores de Galisteo, Plasencia, Aldehuela del Jerte, Alagón del Río, Batán, Carcaboso, Montehermoso, Pradochano y Abadía. "Al concluir la temporada de liga hacemos una fiesta --rotativa en cuanto a municipio--, el día 1 de mayo, con partidas de Calva , por equipos". El día 2 de agosto se disputará en Plasencia el campeonato nacional.

A David Martín se le nota que es un experto enamorado de este juego, con el que según algunas teorías podrían haber matado , sus ratos de ocio los celtas. De cuando era pequeño recuerda las partidas que se disputaban en Galisteo, el origen del nombre, que se debe a que los pastores jugaban en las calvas , espacios de terreno libres de matas, y las apuestas de La Paloma , para calveros, apuntador "y todos los espectadores. Consistía en una garrafa de vino de unos dieciocho litros, a la que añadían dos docenas de huevos bien batidos, con azúcar, vino tinto y gaseosa". El equipo que perdía pagaba el importe.

Por último en cuanto a estado físico, asevera que "hay que estar muy bien para jugar".