La campaña de tomate de este año registrará en Extremadura un incremento de entre el 15% y el 18% sobre la producción que industrias y agricultores habían contratado. De esta forma, conforme a las previsiones que maneja la Mesa del Tomate, la producción final rozará los 1,5 millones de toneladas (la cifra contratada fue de 1,23 millones).

Esta mejora en los niveles de producción ha venido motivada fundamentalmente por un incremento del rendimiento medio por hectárea, que este año se ha situado sobre las 90 toneladas, frente a las "entre 72 y 75 toneladas por hectárea que suelen ser habituales aquí", detalla Ricardo Cuéllar, coordinador de la Mesa del Tomate, organismo que hace de intermediario entre agricultores e industrias. Esta mayor productividad ha sido consecuencia, a su vez, de que la climatología se ha comportado de forma favorable para este sector. "Aunque ha sido un año seco, eso le viene bien al tomate porque permite controlar el momento de riego", explica.

"La materia prima tiene mucha calidad. Ha sido un año exento de plagas y enfermedades", confirma Sebastián Trinidad, responsable del sector del tomate transformado de Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura.

Una vez cubierto el contrato, la diferencia entre lo que las industrias se comprometieron a recoger y los agricultores a producir se negocia entre ambas partes. Si bien los agricultores tiene libertad para hacerlo, "lo normal", aclara Cuéllar, es que se le ofrezca en primer lugar a la industria con la que se contrató el resto de la producción.

FIN DE CAMPAÑA La campaña se encuentra ya prácticamente terminada, una finalización que este año ha llegado algo más tarde de lo habitual. "La primavera tardía retrasó las plantaciones y luego el calor también tardó en llegar. Hasta la primera semana de agosto prácticamente no ha empezado la campaña normal", indica Sebastián Trinidad.

Aunque el balance es bueno tanto en calidad como en cantidad, lo cierto es que esta campaña ha disminuido la contratación respecto a la anterior. De 19.800 hectáreas de cultivo se pasó a 16.700. La acumulación de stocks en las industrias y el desacoplamiento de las ayudas --su desvinculación de la cantidad producida--, vigente para este sector desde el 2011, han pesado negativamente. También puede haber contribuido a este descenso el incremento de los precios del maíz, alternativa al cultivo del tomate, si bien Trinidad considera que "si la industria hubiese contratado más tomate, se habría producido independientemente del precio del maíz".

Desde el sector transformador también se hace un buen balance. "Ha sido una campaña de muchos kilos y de muy buena calidad", resume Domingo Fernández, presidente de Tomates del Guadiana. Además, señala que "este año ha aumentado el consumo mundial de tomate, mientras que la producción ha bajado bastante" --China o Italia han fabricado menos concentrado--, lo que ha facilitado que los excedentes lleguen al mercado. "Ya solo queda algo de stock del 2011", dice Fernández, para quien "en pocos meses" se habrá dado salida a todas las existencias acumuladas. Esta menor producción también permitirá, previsiblemente, que los precios repunten al alza. Aunque "todavía es pronto" para saber con exactitud cuánto lo harán, Fernández confía en que será entre un "8% y un 10%".