Después de siete años trabajando en la Consejería de Agricultura, José Luis Quintana (Don Benito, 1960), se pone al frente de este departamento en Extremadura. Considera "maestro" a su predecesor tantos años en el cargo, Eugenio Alvarez, al que le debe todo, y basa se gestión de futuro en la consagración de las estructuras agrarias, y la modernización y la investigación en el sector.

En los últimos cuatro años ha sido el encargado de la gestión de la famosa Política Agraria Comunitaria (PAC). ¿Cómo valora la reciente reforma y qué iniciativas se van a llevar desde su departamento al respecto?

--Es una reforma absolutamente compleja, que va a burocratizar la actividad de papeles de los agricultores, y donde hay algunos conceptos como el llamado desacoplamiento que significa que los agricultores van a cobrar un dinero por no hacer nada en un porcentaje determinado, y eso conllevará a una desaparición gradual de la actividad agrícola en determinados sectores. Todo el mundo está en contra de la reforma salvo el ministro y el presidente del PP extremeño, Carlos Floriano. Además, queda muy debilitado el concepto de cohesión en Europa, porque es una política a la carta. Un ejemplo, una oveja en La Serena cobraba el mismo dinero de subvención que una en Inglaterra, pero esa cohesión se va a perder ahora.

Hay dos países claramente beneficiados por la reforma que son Alemania y Francia, mientras que España se ha quedado descolgada.

¿Qué objetivos prioritarios se ha fijado al asumir su nuevo cargo?

--Vamos a seguir apostando por el cultivo de tabaco. Así lo hicimos en nuestro programa electoral y lo seguiremos haciendo, para que Cetarsa siga en el sector público. Es una garantía del mantenimiento del cultivo del tabaco en Extremadura, y su desaparición haría que desapareciese el cultivo.

Además, en materia de medio ambiente queremos que sea sostenible. Los agricultores y ganaderos de Extremadura han conseguido conservar el medio ambiente, somos la despensa del medio ambiente de Europa, y tenemos que hacerlo sostenible y equilibrado, para que nos permita ejercer las actividades de desarrollo y conservemos el valor incalculable que tenemos en el medio natural que tenemos, para que sea un valor añadido a nuestra actividad.

Ustedes contemplaban en su programa electoral varias leyes...

--Sí, tenemos pensado poner en marcha en esta legislatura tres leyes. Una es la ley del vino, para regular un sector muy importante en Extremadura, y ya llevamos reestructuradas en la región once mil hectáreas de viñedo, y se han abonado ayudas por importe superior a 63 millones de euros para todo el sector, y estamos inmersos en un proyecto de adaptar las variedades para conseguir vino que sea de alta calidad.

Además, queremos hacer una ley de sanidad animal, para garantizar que el producto ha tenido un seguimiento sano y protegido desde el campo a la mesa. La modernización de la agricultura también la queremos regular por ley, para adaptar y refundir las leyes agrarias que tenemos en la agricultura. Por otro lado, una joya de la corona tiene que ser la investigación agraria. Debemos investigar lo que el sector agrario demande. Hay logros conseguidos como que en el año 1990, los productores de tomate no llegaban a cuarenta mil kilos por hectárea y ahora superan ampliamente los setenta mil.

Las organizaciones agrarias aseguran que cada vez hay menos jóvenes extremeños que se quieren dedicar al campo. ¿Qué va a hacer la Junta ante esta situación?

--Es necesario e imprescindible una actualización permanente en la formación agraria, tanto de los jóvenes que se incorporan como para aquellos que ya están establecidos y quieren mejorar sus explotaciones. Nosotros queremos impulsar esa formación en todos sus aspectos. Además queremos ligar el cese anticipado a la actividad agraria con la incorporación de jóvenes, que trata de mejorar las estructuras de las explotaciones agrarias de quien las recibe.