Este grupo arrancó formalmente en 2005 aunque sus investigadores ya llevaban años trabajando en las cuatro líneas que mantienen activas: control inteligente y gestión eficiente de estaciones depuradoras de aguas residuales, ahorro energético y gestión eficiente de la energía de edificios, predicción inteligente de serie de datos históricos (fundamentalmente relacionados con la energía) y diseño de plazas de circuito impreso para aplicaciones específicas. Coordinado por el profesor e investigador Miguel Ángel Jaramillo, este grupo logra cada año captar unos 175.000 euros de proyectos competitivos y también de contratos con empresas que requieren sus servicios. Trabajan con tres firmas privadas y tienen otros tres contratos con Promedio (dos acaban de finalizar) para la optimización de la gestión de los servicios locales del ciclo integral del agua. La Junta también otorga una ayuda.

Jaramillo califica de «regular» la situación de la investigación en Extremadura. «Aunque hay grupos muy productivos que generan resultados muy buenos, hay otros muchos cuya productividad no es tan buena. Hay centros en la universidad donde la mentalidad investigadora no está arraigada», señala. A cambiar esto tampoco contribuye la coyuntura de los últimos años, que «han sido especialmente duros por los recortes presupuestarios. Aunque los grupos que generan investigación han conseguido sobrevivir a fuerza de sacrificios e imaginación, la productividad se ha resentido un poco, aunque bastante menos de lo que los recortes han propiciado», señala.

La falta de estima hacia la investigación por parte de la sociedad es otro lastre: «se mira con desconfianza. En España no se valora la investigación como una fuente de generación de riqueza y progreso». Por ello, considera fundamental mejorar la imagen de la investigación, aumentar la financiación, las becas de investigación y favorecer una política de contratación que permita retener a los investigadores.