Nada más conocerse la desaparición de un niño austriaco que pasa unos meses en una casa de campo en la cortijada de Pan de Trigo , entre La Codosera y la frontera portuguesa, se despertaron los fantasmas de otras desapariciones recientes que no tuvieron un final feliz como éste. Aún está reciente el de Encarnación Carmona, hallada muerta en un pozo en Quintana después de una semana desaparecida y con un millar de vecinos buscándola. Y no solo vigente, sino aún sin final, el de la niña Madeleine, de 4 años, hija de un matrimonio inglés, que despareció de la habitación de su hotel mientras los padres cenaban, y que hace ya meses que nadie sabe dónde ni cómo se encuentra.

El hecho de que las primeras noticias se refieran al menor de La Codosera como discapacitado psíquico, fue un elemento más que movilizó a la opinión pública, si bien ese dato se comprobó que era erróneo.

Aunque bien es cierto que la noticia llegó a Badajoz ayer por la mañana, en La Codosera se conocía desde el día anterior. No en vano, hubo testimonios de vecinos que dijeron haber visto a David en distintos puntos a distintas horas, como en las carreteras de Badajoz, Alburquerque, San Vicente o la de Ouguela, aunque los tutores del menor, Peter Josef y Annegret Ritz, aguardaron 24 horas antes de denunciar la desaparición, y ya había voluntarios para participar en la búsqueda.

Tutores y autoridades utilizaron los buenos oficios de Margarita Polo Pires, una mujer del pueblo "que habla alemán porque fue emigrante y estuvo muchos años en aquel país", explicó Manuel Vilés, alcalde del pueblo. Esta vecina les sirvió de traductora e intérprete, pues ellos apenas hablan español. Así supieron las autoridades que el joven es huérfano de padre, que su madre vive en Viena, y que aunque no habla castellano, sí habla alemán, como sus tutores, a pesar de ser austriaco, y que sabe moverse por la zona. David nunca antes se había ausentado de la casa de campo donde participa de un programa educativo.

La Guardia Civil, nada más saber que el chico había expresado su deseo de volver a su país con su madre, comenzó a trabjar en hipótesis distintas a las de que se tratase de un rapto o un secuestro, aunque en esos momentos no se descartaba nada, según explicó el capitán que mandaba el dispositivo de búsqueda.