Ni las herencias son ya lo que eran. La crisis ha hecho mella también en una circunstancia que históricamente se había considerado una buena noticia. Que a alguien le tocara una herencia era sinónimo de alegría, de envidia colectiva, sobre todo si era inesperada. Ahora no siempre es así. Según los notarios, las renuncias a estos legados se han disparado en los últimos cinco años, en el caso de Extremadura hasta el 84%. El principal motivo es que el beneficiario es incapaz de asumir el coste fiscal sobrevenido por quedarse con un inmueble o una suma de dinero. El temor a las deudas que pueden venir con el legado es también uno de los motivos de este incremento tan notable. "Puede darse el caso paradójico de que se herede una vivienda o una finca y haya que renunciar a ellas por no tener liquidez suficiente para abonar los impuestos", subraya Angela Villanueva, decana del Colegio Notarial de Extremadura, quien recuerda que obtener esta liquidez a corto plazo a través de la venta de las propiedades heredadas en ocasiones tampoco es fácil dada la situación actual del mercado inmobiliario.

Las tasas que debe pagar el beneficiario varían mucho en función del lugar de residencia. A pesar de que en los últimos años el impuesto de sucesiones se ha ido reduciendo hasta prácticamente desaparecer en ciertas comunidades autónomas, el grado de parentesco es el que finalmente determina el importe que se debe desembolsar a las arcas públicas. En Madrid o Cataluña, está bonificado hasta en un 99% para los casos de línea recta ascendente o descendente, es decir, de padres a hijos y viceversa, así como entre cónyuges. El informe sobre fiscalidad autonómica que cada año elabora el Registro de Economistas Asesores Fiscales sobre fiscalidad autonómica sitúa a Extremadura entre las regiones donde el impuesto sobre sucesiones puede llegar a tener un coste más elevado. "A pesar de que se han ido introduciendo algunas bonificaciones, desgraciadamente es así", confirma Angela Villanueva.

FAMILIAS ENDEUDADAS El decano del Colegio de Notarios de Cataluña y vicepresidente del Consejo General del Notariado, Joan Carles Ollé, indica que este colectivo profesional ha detectado desde el inicio de la crisis que hay "un volumen de deudas importante en las familias". Esto significa que, una vez que alguien descubre que ha recibido una herencia con patrimonio hipotecado, con avales o con deudas, "tiene miedo de que el pasivo que debe afrontar sea superior al activo de lo que realmente está consiguiendo".

El desconocimiento de lo que se puede hacer en cada uno de los casos también puede haber incidido en ese aumento, encaja el dirigente de los notarios. "Si alguien acude al despacho con la decisión ya tomada de la renuncia, a veces ni tan solo da la posibilidad de que se le informe de cómo afrontar el caso", continúa.

Por este mismo motivo, Angela Villanueva recomienda que, antes de tomar una decisión definitiva, se acuda a una oficina notarial, donde se presta un "asesoramiento imparcial y gratuito". Allí se puede recibir información "de cómo está la normativa fiscal y echar números " para ver si compensa o no quedarse con la herencia, precisa.

Villanueva también explica que este temor a las deudas está haciendo que aumente la frecuencia con la que se suscriben aceptaciones de herencias a beneficio de inventario. Esta figura consiste en que el beneficiario, que constata que el patrimonio recibido acumula cargas y en ocasiones ni tan solo sabe hasta qué punto, solo responde de las deudas hasta donde alcanzan los bienes incluidos en la herencia. "Ahora está empezando a verse, pero antes era muy poco habitual