Extremadura extendió ayer un gran lazo rojo para poner cerco al virus del sida, aunque los expertos advierten de que la realidad merece un serio llamamiento a la sociedad. La Junta controla a 177 personas portadoras del VIH desde 1998, pero teme que haya más debido al incremento en las prácticas sexuales de riesgo. Además, nadie escapa a la enfermedad y en pocos años, el virus afectará por igual a hombres y a mujeres, ya que cada vez son más los heterosexuales afectados y menos los homosexuales. En cualquier caso, el Parlamento extremeño se compromete a tomar medidas legislativas para que no se discrimine a ningún enfermo.

Los fríos datos salen ahora a la luz con motivo del Dia Mundial de Lucha contra el Sida celebrado ayer, pero tiñen de negro a la sociedad con el incesante crecimiento del número de afectados en todo el mundo. En Extremadura, la Junta tiene la certeza de que al menos hay 177 portadores del virus desde 1998, pero el coordinador de la oficina del sida de la Dirección General de Atención Sociosanitaria y Salud, Clarencio Cebrián, teme que la cifra de enfermos sea superior, debido a que han aumentado las prácticas sexuales de riesgo.

Actos en la región

Por ello, algunas ciudades extremeñas recordaron ayer los efectos de la enfermedad, mientras la Asamblea se erige como bandera para que estas personas no sean discriminadas. "Paremos el sida, cumplamos la promesa", gritó ayer el Parlamento. La tarea no parece fácil a juzgar por las palabras de Agustín Muñoz Sanz, director de la Unidad de Patologías Infecciosas del Hospital Infanta Cristina, que advierte que "dentro de pocos años, el sida afectará por igual a hombres y mujeres" en Europa, ya que cada vez son más los heterosexuales contagiados y menos los homosexuales.

Una vía de escape, según declaraciones de este especialista recogidas por Europa Press, pasa por abaratar los fármacos y desarrollar medicamentos genéricos para el Tercer Mundo. Otra, más a pie de calle, es el lanzamiento de la campaña "Hazte una prueba, es sencillo y es normal", para tener un diagnóstico precoz.

Otro peligro inminente es el incremento de los enfermos de tuberculosis, la enfermedad indicativa de sida más frecuente. El pasado año, en la región se detectaron 140 casos de tuberculosis, con una tasa de incidencia de 12,77 casos por 100.000 habitantes (16,42 de media en España).