Los últimos datos sobre el consumo de alcohol por parte de los jóvenes de la región han reabierto el debate. ¿Está siendo efectiva la Ley de Convivencia y Ocio de Extremadura? Para el Partido Popular la respuesta es "no" y por eso aboga por una revisión urgente del texto, ante las lagunas que existen en su cumplimiento y las encuestas que señalan que los menores de edad extremeños están entre los que más alcohol ingieren de todo el país. Las organizaciones juveniles, por su parte, consideran que la ley ha supuesto un avance tanto en la regulación del ocio como en la aportación de alternativas al botellón , pero también ven necesario un nuevo impulso. Y, frente a ellos, la Junta defiende a ultranza la norma, aunque pide más implicación a los ayuntamientos.

La Ley de la Convivencia y Ocio de Extremadura fue aprobada en el 2003. Entre sus objetivos estaba el de atajar los efectos de la ingesta de alcohol por parte de los jóvenes. Por ello prohíbe el consumo de este tipo de bebidas a menores de 18 años y no permite su suministro a quienes no hayan alcanzado esa edad. Sin embargo, a pesar de su vigencia, las últimas encuestas del Plan Nacional sobre Drogas reflejan que el 63% de los menores de edad de la región de entre 13 y 18 años admiten haber ingerido alcohol en el último mes y uno de cada tres, haberse emborrachado. Además, el 91% afirma conseguir bebidas alcohólicas de manera sencilla en bares o discotecas, y el 52% que lo compra en el supermercado.

Ante estos datos, el PP extremeño defiende la necesidad de replantear y revisar la Ley de Convivencia y Ocio, más conocida popularmente como ley antibotellón . Según el secretario de organización del partido, Juan Parejo, el consumo de alcohol entre los más jóvenes se ha incrementado "de forma alarmante" durante los últimos años y la edad en la que los jóvenes comienzan a ingerir estas bebidas ha bajado hasta los 14 años. Para los populares, estos datos reflejan la falta de efectividad de la normativa y también la escasa implicación de la Junta. "Porque no se ha dotado a los ayuntamientos de los recursos específicos para su correcta puesta en marcha y aplicación", explica.

Para hacer frente a esta situación, que considera insostenible, Parejo reclama a la Administración regional revisar la ley, una mayor coordinación entre las administraciones públicas, los docentes y las asociaciones de padres y jóvenes, e intensificar el uso de las tecnologías de la información para concienciar a los jóvenes sobre los perjuicios del consumo del alcohol.

PROPUESTAS JUVENILES Las organizaciones juveniles, por su parte, coinciden en que la ley es "positiva". Así lo reconoce por ejemplo Raúl Cambero, de Alternativa Joven: "está bien, pero se puede modificar y evolucionar, porque tiene lagunas. Entre ellas, no se está controlando realmente que los establecimientos solo vendan bebidas hasta las 11 de la noche, como estipula la norma". En este sentido culpa a los ayuntamientos de falta de implicación y aboga por una mayor coordinación entre la administración autonómica y la local. "Ahora es necesario generar un espacio de diálogo entre todas las partes para reimpulsarla", sostiene Cambero.

Coincide con él José Ramón Bello, de Scouts Extremadura. "La ley fue un paso acertado. pero los resultados son insuficientes a la vista de los datos de consumo de alcohol. A día de hoy su efectividad ha sido parcial", evalúa. En su opinión, "es necesaria una reflexión de todas las partes. Sentarnos y buscar nuevas soluciones interactuando en los hogares, las aulas y en las organizaciones juveniles".

Diametralmente opuesta es la posición de la Junta. Según el consejero de los Jóvenes y el Deporte, Carlos Javier Rodríguez, es un "error asociar la ley de Convivencia y Ocio solo con el consumo de alcohol". Según explica, la finalidad de la norma es más amplia, ya que el objetivo era promover la adecuada utilización del ocio y hacerlo compatible con el derecho al descanso. Sobre esta base, el responsable de la Junta defiende a ultranza la norma como herramienta para atajar el consumo de alcohol entre los jóvenes y adolescentes. Así, pone como ejemplo que solo en el 2009, entre ayuntamientos y la Junta se han puesto en marcha más de 550 proyectos e iniciativas amparadas por la ley, sobre todo enfocadas a la prevención sobre las consecuencias del consumo abusivo de estas bebidas y a plantear alternativas de ocio frente al botellón . "Desde nuestro punto de vista, la ley va teniendo mayor penetración en la sociedad, va cumpliendo los objetivos".

El consejero de los jóvenes además asegura que el consumo no ha aumentado desde que la normativa entró en vigor: "es verdad que los jóvenes extremeños ingieren más que la media nacional, pero no ha habido un incremento". Donde sí reconoce alguna laguna es en la aplicación del régimen sancionador --por venta de alcohol a menores o fuera de horario--. "Pero eso es competencia de los ayuntamientos, que deben vigilar el cumplimiento y ser conscientes de que deben ser más corresponsables en esta materia. Aunque es cierto que antes había menos sanciones, que se están implicando más".