El fomento de la pesca sin muerte, la posibilidad de pescar por la noche o la creación de autorizaciones temporales para aficionados de fuera de la región. Estas son algunas de las novedades más significativas que contempla la nueva Ley de Pesca y Acuicultura de Extremadura. Fue aprobada el pasado 28 de octubre en la Asamblea de Extremadura y regulará, a partir del próximo año, una práctica que desarrollan anualmente alrededor de 130.000 personas en la región. La ley recibió el beneplácito tanto del PSOE como del PP y la mayor parte de los colectivos consultados por este diario la valoran positivamente, ya que consideran que supone un importante avance respecto a la normativa anterior, promulgada en 1995, tanto para los aficionados como para el mantenimiento del ecosistema. Sin embargo, tampoco faltan reproches a la normativa, como los que formula AEMS-Ríos con vida, una entidad de pescadores deportivos que critica aspectos relacionados tanto con la sostenibilidad como de índole administrativa.

Alfredo Escribano fue el diputado autonómico del PSOE encargado de defender esta ley. Aparte de las cuestiones "muy novedosas que incluye", destaca de ella que "tiene en cuenta la pesca como deporte pero también la defensa del medioambiente" y que contribuye "a fijar la población al territorio y a la creación de puestos de trabajo". Por otro lado, Escribano subraya que se trata de "una ley de futuro", "suficientemente abierta para que no haya que estar cambiándola cada vez que se tenga un problema". De esta manera, el desarrollo de algunos de sus aspectos más importantes queda a la espera de la elaboración de un reglamento y de las sucesivas órdenes de veda que se promulguen.

Juan Pedro Domínguez, portavoz adjunto del grupo PP-EU en la Comisión de Industria, Energía y Medio Ambiente en la cámara legislativa extremeña también valora positivamente la normativa, ya que es "conservacionista", al tiempo que facilita "la práctica de este deporte". Aunque varias de las enmiendas de este grupo fueron rechazadas (entre otras una para permitir que se compatibilice una licencia convencional con la de pesca sin muerte), confía en que finalmente algunas de sus peticiones tengan cabida en el futuro reglamento.

Una de las principales novedades que recoge esta ley es la promoción de la pesca sin muerte. Entre otras cosas, habrá una bonificación del 50% en los importes y recargos de las licencias de aquellos aficionados que practiquen esta modalidad y se apunta que estos pescadores tendrán otros beneficios que se incluirán en los Planes Técnicos de Gestión de los cotos, en los sorteos de puestos y en los tramos de pesca sin muerte. Juan Vicente Romero, presidente de la Federación Extremeña de Pesca, destaca que con esta medida se favorecerá a la gran mayoría de los aficionados extremeños. Calcula que apenas "un 10% o un 15% de los pescadores, los que van pocas veces al año", se acaban llevando las capturas a casa. En la competición las sueltan de nuevo "el cien por cien, porque el reglamento lo contempla, y estos pescadores, cuando van a entrenar, hacen lo mismo", arguye.

Romero valora favorablemente la nueva legislación, aunque también resalta que "el quid de la cuestión estará en el reglamento y en las órdenes de veda" que concreten los puntos "abiertos".

Junto a la potenciación de la pesca sin muerte, también destaca el que por vez primera se contemple la posibilidad de practicar la pesca nocturna, aspecto que, como el anterior, "se venía demandando desde hace mucho tiempo", asegura José Luis Blázquez, presidente de la Agrupación de Pescadores Guadiloba. Aunque en principio el horario hábil de pesca seguirá estando comprendido entre una hora antes de la salida del sol y una hora después de su puesta, podrá establecerse un horario distinto para aquellos tramos y especies que se determinen en la orden general de vedas, siempre que se pesque desde puesto fijo. "Que nadie piense que lo de la pesca nocturna va a ser algo generalizado, se podrá hacer solo en determinados tramos y con autorizaciones especiales", incide Francisco Sánchez Pizarro, presidente de la Unión de Pescadores de Plasencia (UPP), que también define la nueva ley como "positiva", ya que "se adapta a las nuevas necesidades de la pesca". Una tercera modalidad de pesca que se estrena en esta ley es la de grandes peces (más de cinco kilos), conocida como carpfishing .

Por otro lado, la ley introduce dos nuevas figuras: la del guía de pesca y la del guarda de pesca. La función de la primera de ellas es orientar y tutelar en el desarrollo de esta actividad a aquellos particulares no residentes en Extremadura que soliciten autorizaciones temporales inferiores a un mes para participar en acciones concretas en tramos determinados. El guía tutelará a estos pescadores y será responsable de sus acciones. También podrá solicitar los permisos para ellos, con lo que se pretende facilitar las gestiones administrativas a los aficionados foráneos.

A juicio de Pedro Brufao, catedrático de Derecho y presidente de AEMS-Ríos con vida, el carácter de obligatoriedad que se da a esta medida de fomento turístico "conculca" la legislación comunitaria en materia de libre competencia y liberalización de servicios, "pues faltaría más que un consumidor que pesca no pudiera elegir si va o no acompañado por un guía y a cuál elige en su caso".

Brufao también muestra su desacuerdo con la creación de los guardas de pesca --y su variante, los guardas honorarios--. Serán nombrados a propuesta de las sociedades de pescadores y podrán tener la consideración de Auxiliares de los Agentes del Medio Natural. Como tales, estarán acreditados por el órgano competente en materia de pesca, de acuerdo con los criterios que se determinen reglamentariamente. A juicio de Brufao, esta figura "contraviene la legislación en materia de seguridad privada". "Es como poner a un empleado de Prosegur a dirigir el tráfico en una calle, igual dominio público que un río", remacha.

"Los guardas de pesca son algo que siempre ha existido, y por supuesto que no van a sustituir a ningún órgano público o agente de la seguridad. Sería absurdo. Su función será únicamente la de "intermediación", replica Alfredo Escribano. En este sentido, explica que no podrán, por ejemplo, pedir la documentación a los pescadores, pero sí avisar a agentes del Seprona.

En esta misma línea, el presidente de la federación extremeña, Juan Vicente Romero, cree que se trata de "un reforzamiento de la labor de guardería" y afirma que, si el guarda aprecia una infracción, se limitará a tramitarla a través de la consejería, "que es quien decide si pone la sanción, no el guarda o la sociedad de pescadores".

Especies alóctonas

En Ríos con vida también se muestran enormemente críticos con el hecho de que "se abra la puerta de atrás a la protección de especies invasoras como el black-bass, el lucio, la carpa, la trucha arco-iris o de variedades alóctonas de trucha común al poder calificarse en especies de interés regional" (aquellas, dice la ley, con un marcado interés deportivo o cultural en diferentes comarcas de la región).

Esto, temen, permitiría que se repoblase con ellas. En este sentido, subrayan que la normativa nacional, la europea, y la internacional suscrita por España apuestan claramente por la erradicación de estas especies, "que en algunos casos reconocemos que será muy difícil, pero en ningún caso el poder público ha de gestionar estas especies causantes de la desaparición de la rica biodiversidad fluvial autóctona".

En este punto, Alfredo Escribano rebate que la ley no determina "qué peces entrarán en cada categoría", algo que se hará en la regulación posterior. Jesús Valiente, coordinación general de Adenex, también sostiene que una cosa es que se "asuma" que especies como "el black-bass o el lucio" se hayan convertido en habituales en las aguas extremeñas y otra que se "fomente" su presencia. En cualquier caso, Valiente hace un buen balance de la nueva ley ya que considera que "tiene más en cuenta la conservación de los recursos hídricos que las anteriores".

Por último, a juicio de Brufao la ley sigue delegando en exceso en las sociedades de pescadores --y a través de ellas en la federación de pesca, puntualiza-- ya que, afirma, en la práctica son ellas las que controlan quién puede pescar en sus espacios de influencia . "Es constitucionalmente inválido que se obligue a asociarse a nadie a una federación o sociedad para pescar en un determinado lugar", remarca.