Los secretarios regionales de UGT y CC.OO, Francisco Capilla y Julián Carretero, liderarán el próximo miércoles, 30 de junio, en Cáceres, una concentración para protestar contra la reforma laboral impulsada por el Gobierno central, como acto previo a la jornada de huelga general del 29 de septiembre. Según recoge la agencia Efe, esta concentración se realizará en otras ocho localidades extremeñas, Badajoz, Mérida, Plasencia, Navalmoral de la Mata, Coria, Don Benito, Zafra y Almendralejo.

Carretero aclara que el objetivo es trasladar a la sociedad extremeña los motivos por los que el próximo 29 de septiembre se llevará a cabo una jornada de huelga general. Por ello, asegura que este acto de protesta no se realiza "para dar una satisfacción a aquellos que decían que hacía falta ya una huelga general, sino por necesidad y patriotismo, porque el Gobierno de la nación está atentando con la reforma laboral contra su capital más preciado, sus trabajadores y trabajadoras".

En su opinión, "hace falta decir bien claro que las medidas que intenta adoptar el Ejecutivo de la nación no son las medias que necesita España, como también ha quedado claro el estrepitoso fracaso de la reunión del G-20 celebrada en Canadá, en la que se han gastado más de 1.000 millones de euros". "En definitiva esta concentración y la huelga general responden a lo que se respira en este país en los últimos meses desde la ruptura del diálogo social, con recortes salariales, del estado del bienestar social, con congelación de pensiones y retraso de todo los que significa la reactivación económica".

También advierte al presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, que la reforma laboral "será especialmente nefasta para los intereses de la región, porque no atajará la temporalidad en el mercado de trabajo, uno de nuestros principales problemas".

Por su parte, Capilla critica que los Gobiernos de muchos países aprovechan la coyuntura económica "para tomar medidas impopulares que nos retrotraen a otros tiempos pretéritos, justificándose en une pretendida necesidad que es falsa". "Estas medidas que pretende adoptar el Gobierno adelgazarán el estado del bienestar social, con una continua privatización de varios sectores que sólo nos hace desconfiar de los reguladores del mercado libre".

Asevera que se puede confiar en el sistema financiero, "y menos en la banca, porque está demostrando que no sólo no da respuestas a la problemática de la sociedad, sino que está al servicio de una economía especulativa". A su juicio, los gobiernos mundiales no cumplen los programas previstos, "simplemente porque no les dejan, con unas políticas sumamente lesivas para los trabajadores".

También indica que "esto no es lo peor, sino que nos tememos que toda esta situación puede conllevar una pérdida de valores en materia de sanidad, educación y en prestaciones sociales, y una reforma del sistema público de pensiones que antes no nos habríamos llegado a imaginar".