Los ojos relampagueantes del lince ibérico aún acechan tras los matorrales de las tierras extremeñas. Y el objetivo es que así siga siendo durante muchos años. Para ello la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente ha elaborado el Plan de Recuperación del Lynx Pardinux (nombre técnico de este animal), que en estos momentos se encuentra en su última fase antes de ser aprobado.

Y es que el huidizo lince es una especie cada vez más difícil de encontrar, tanto que la Unión para la Conservación de la Naturaleza lo considera "el felino más amenazado del mundo". No en vano se calcula que en estos momentos sólo quedan entre 150 y 200 ejemplares en todo el mundo, el 95% de ellos en España y especialmente en el suroeste peninsular.

Este plan regional, al que ha tenido acceso EL PERIODICO EXTREMADURA, se plantea una actuación integral que convertirá al lince en uno de los animales más mimados de Extremadura. Sus objetivos son tan simples como la evolución animal: evitar su mortalidad, aumentar su natalidad, aumentar su esperanza de vida y, en definitiva, ponerle las cosas un poquito más fáciles.

El paso previo ha sido un estudio para delimitar las zonas en las que este felino aún sobrevive. Así, Medio Ambiente califica como áreas prioritarias parte de la Sierra de Gata, Hurdes y el entorno de Granadilla. También serán zonas a tener en cuenta la Sierra de San Pedro, Monfragüe, Villuercas y Herrera del Duque. La primera actuación consistirá en la declaración de los entornos prioritarios como Lugares de Interés Comunitario (LIC) para dotarlos así de una figura de protección medioambiental.

AYUDA EN SU DIETA

Además, se potenciará especialmente la repoblación en estas zonas del principal componente de su dieta, el conejo de monte --el lince necesita una zona de entre 4 y 20 kilómetros cuadrados con una densidad mínima de un conejo por hectárea--, al tiempo que se reducirá la densidad de otras especies que puedan competir con el lince en la cadena trófica. Eliminación de alambradas, radioseguimiento de los animales, acuerdos con particulares e incluso control sobre los ruidos que puedan molestarle... Al mismo tiempo se buscarán nuevas zonas donde el Lynx Pardinus podría campar a sus anchas y se incrementarán los controles para evitar la proliferación de cepos y lazos de caza en sus territorios.

Todo vale para conservar a uno de los animales con más solera de la Península Ibérica.