Parecía inaudito: los mercurios superando los 20 grados, los abrigos apolillándose en el armario, el cielo despejado y luminoso y los pluviómetros completamente vacíos desde hace 45 días; todo ello en pleno noviembre, un mes tradicionalmente frío y húmedo. Sin embargo, no es la primera vez. La región ya ha pasado por otoños tan secos y relativamente calurosos como éste. Y fue mucho antes de que todo el mundo empezase a hablar de cambio climático.

"Está siendo un mes muy raro", reconoce Adolfo Marroquín, director del Centro Meteorológico territorial de Extremadura. La temperatura máxima alcanzada de media durante los 15 primeros días de noviembre supera en más de cinco grados el registro histórico habitual en esta época del año. Además, hasta ahora no ha caído una sola gota de agua, cuando las precipitaciones medias en noviembre suelen oscilar entre los 60 y los 70 litros por metro cuadrado.

"Los datos que estamos registrando despistan. Porque han subido las máximas, pero también las temperaturas mínimas están siendo dos o tres grados más bajas", agrega Marroquín, con el aval que le dan las estadísticas. En Cáceres, por ejemplo, los valores medios máximos hasta el día 15 han sido de 20,4 grados, mientras que la media histórica del mes está en 15,6; y las mínimas este año llegan a los 4,8 grados, mientras que lo habitual en los últimos 98 años han sido 7,8 grados. En Badajoz ocurre algo similar, con una temperatura máxima media de 23 grados hasta el momento, mientras que los registros históricos arrojan una media de 15,6. No obstante, la temperatura más alta en esta ciudad se registró en 1985, con un récord de 29,2 grados.

"Como curiosidad, destaca que en Valencia de Alcántara el 5 de noviembre se alcanzaron los 26,1 grados, algo que no ocurría desde 1935", apunta el director de la delegación territorial del Instituto Nacional de Meteorología. Bajo su punto de vista, detrás de estos fenómenos hay explicaciones más certeras que el cambio climático: "Es verdad que estamos en un proceso que tiende a la subida de las temperaturas, a la disminución de las precipitaciones y el aumento de las tormentas, pero la situación actual realmente se debe a que en las últimas semanas hemos tenido un anticiclón de bloqueo en el Atlántico que ha impedido la entrada de borrascas en la península".

Esa falta de nubosidad y precipitaciones ha incidido, según explica, en que las radiaciones solares sean mayores y, por tanto, hayan aumentado las temperaturas durante el día por encima de lo habitual. Y es que desde que en los días 1 y 2 de octubre el temporal dejó las últimas lluvias en la región no ha vuelto a caer una sola gota. "Si miras octubre al completo, el nivel de precipitaciones es similar al de años anteriores, sin embargo estuvo poco repartido, porque todo cayó durante los dos primeros días del mes y mientras en unos puntos llegaron a duplicar los valores habituales de esta época del año, en otros no se llegó ni a la mitad", apunta Marroquín.

Precedentes sin lluvias

De hecho, si noviembre termina sin precipitaciones, "el valor cero sería récord histórico", aunque no inaudito. Cáceres y Badajoz ya han conocido noviembres totalmente secos, por ejemplo en los años 1917 y 1948, y en la capital pacense, también en 1943. Sin embargo, el INM ya ha anunciado la entrada de un temporal por Galicia que llegará mañana lunes a la región, donde se espera que las dos borrascas que cruzan la península dejen hasta 70 litros por metro cuadrado, suavicen las temperaturas y den fin a este otoño tan seco.