Amenazaba lluvia, pero la hermandad de la Pasión puso la devoción por delante y sacó sus pasos a la calle. Sin embargo, los cofrades no pudieron estar mucho tiempo porque un chaparrón obligó a suspender el desfile y a devolver los pasos a Santo Domingo a la carrera cuando apenas había transcurrido una hora desde el inicio del desfile.

Hacía frío y había nubes en el cielo, pero la procesión transcurría con normalidad, hasta que la lluvia la estropeó. Pilló a la Virgen del Rosario a la altura de San Nicolás y los costaleros tuvieron que apresurarse para devolverla al templo, donde entró marcha atrás.

Nuestro Padre Jesús de la Pasión, que no había conseguido llegar a la plaza Mayor, llegaba poco después y en ese momento se dio por terminada la procesión, con pesar para los cofrades, pero también con la satisfacción de haber podido salir, aunque fuera una hora. Tendrán otra oportunidad de procesionar el domingo de Resurrección.