Qué puede aportar Tomás Martín Tamayo, fichaje estrella , a las aspiraciones populares de gobernar Extremadura? Como poco, y es cosa que reconocen hasta sus más firmes detractores, experiencia. No en vano, Tamayo tiene tras de sí una de las trayectorias más variopintas de las que pueda jactarse un hombre público .

Con todo, tal aval no satisface, y, como muestra, valga que sus ya excompañeros regionalistas le tachan de antidemócrata, y sus nuevos correligionarios comentan con sorna que "para perder no nos hace falta ayuda"

Las inquietudes políticas de este funcionario de carrera y columnista en prensa nacen al morir Franco, cuando en el 75 impulsa el efímero Partido Socialdemócrata, que deja antes del 77 para fundar, con Moisés Cayetano, la Alianza Socialista Democrática.

Los parcos resultados de la aventura agitan su espíritu inquieto, y en 1979 aparece en UCD, formación que le aupa también a dos consejerías en la preautonomía entre 1979 y 1982. Sobreviene la desbandada ucedista , y Tamayo pasa al CDS. Ahí aguanta incluso cuando en 1990 parte de sus huestes se mudan al PP. En 1992 funda Convergencia Regional Extremeña.

MAYORAL Y CANCHO

Una década después, cuando los modestos resultados electorales auguraban el declive de su carrera política, resurge como apuesta personal de Floriano. Las reacciones se suceden: sus ex en Coalición Extremeña le tachan de traidor por vulnerar el acuerdo de alianza con los socialistas, y exigen a Floriano que diga "qué ofrece". Aseguran que Tamayo no cuestionó el pacto con el PSOE.

Tampoco sus nuevos correligionarios parecen convencidos, y el PP pacense anda revuelto por una operación que no entienden y levanta, cuanto menos, suspicacias. Algunos de sus dirigentes lamentan no haber sido informados antes de que la lista se presentara a la prensa. Rizando el rizo, los populares pacenses aseguran que puso condiciones a su fichaje : quería ver fuera a Inocente Mayoral y Manuel Rodríguez Cancho. ¿Por qué? Por ser excompañeros en el CDS que en su día le traicionaron pasándose, nada menos, que al PP.

Ahora, Tamayo tendrá que mejorar su handicap político --según su peña golfista El Perro Gordo , luce un discreto 27-- para ganarse la estima de sus nuevos socios. Y eso en el momento en que, tras flitrear con las relaciones públicas, pasa a ser empleado de Ibarra --el Consejo de Ministros aprueba hoy el traspaso de los maestros de prisiones--, aquel al que fustigó con denuncias como la del 94, cuando afirmó que el presidente disponía, nada menos, que de 16 coches oficiales y nueve teléfonos móviles.

La suerte está echada y serán las urnas las que dicten si la apuesta de Floriano al vincular, contra viento y marea, su suerte a la de Tamayo era acertada.