Desde que en diciembre se anunció que Pablo Alborán ofrecería un concierto el 22 de mayo en Plasencia se desató la locura. Muchos compraron las entradas los primeros días de venta al público por temor a que se agotaran. Esta semana se habían vendido 7.500 y ayer por la tarde la cifra había subido hasta las 9.000, uno de los más multitudinarios conciertos que se recuerdan en la ciudad, con fans entusiasmados y deseosos de corear las canciones del malagueño en su primera parada extremeña del Tour Terral.

Porque el artista tiene un público fiel y ayer, a las nueve de la mañana, ya había jóvenes apostadas a las puertas del recinto de la ciudad deportiva. A las seis de la tarde, eran más de 400 personas las que hacían cola para coger una buena posición en el campo de fútbol de la ciudad deportiva, aunque ello supusiera esperar aún dos horas más hasta la apertura del recinto.

Una pareja de Navalmoral, jóvenes llegados de las comarcas y muchos placentinos en la cola. Algunos con los brazos pintados con el nombre de su ídolo, otros con folios con mensajes como Siempre contigo y Por fin lo sentimos: gracias . Muchos con sombreros de paja, paraguas y abanicos para protegerse del sol y del calor.

Para garantizar la seguridad, la Policía Local, la Guardia Civil de Tráfico, Protección Civil, hasta 31 miembros de seguridad privada de la empresa, bomberos, Cruz Roja, el 112, un despliegue acorde con el acontecimiento, preludio de la feria de junio, en palabras del alcalde, que por la tarde mostraba en las redes sociales imágenes del escenario, mientras el edil de Deportes, David Dóniga, hacia lo propio con fotografías que mostraban que los camiones no pisaban las pistas de atletismo.

Y llegó la apertura de puertas, y las carreras y empujones por ser las primeras --la mayoría en la cola eran chicas-- y ocupar el lugar más cercano al escenario. Luces apagadas, silencio, expectación y... Pablo Alborán, en persona, en Plasencia, con su mejor cara. De nuevo, la locura.