Marcelino Olaechea, Aita Paxti, o Hernando Huidobro forman parte del reducido grupo de curas y obispos que se desmarcaron y denunciaron la represión indiscriminada y las matanzas que acabaron con la vida de más de 200.000 personas en la guerra civil. "En general, los representantes de la Iglesia tuvieron una gran sensibilidad para con sus propias víctimas y muy poca para con las otras, ignorándolas, como si fuera normal lo que estaba pasando", según el historiador y monje de la Abadía benedictina de Monserrat (Barcelona) Hilari Raguer.

Este especialista participa en el simposio Badajoz en agosto de 1936: Historia e Imagen de la Guerra Civil , que se celebra en Badajoz organizado por la Recuperación de la Memoria Histórica en Extremadura. Hilari Raguer marcó la diferencia entre la actitud de la Santa Sede y la práctica totalidad del obispado español. "Los obispos españoles se añadieron con entusiasmo al alzamiento, la mayoría le dieron el nombre de cruzada pero la Santa Sede guardó mucha más distancia, ningún Papa ha llamado cruzada a la Guerra Civil española".

Se refirió a las "excepciones, importantes y encomiables, ante una actitud general de complicidad por omisión", como la de un obispo de Pamplona, Marcelino Olaechea, que con su famoso discurso titulado no más sangre se opuso públicamente, según relató, a una práctica generalizada. "Cuando en un pueblo enterraban a un requeté caído en el frente después del entierro iban a matar a unos cuantos rojillos del pueblo". Otro caso es el del sacerdote vasco de los batallones del ejército vasco, Aita Paxti, que cayó prisionero con ellos, "y tuvo una actitud admirable, en el campo de presos se ofreció dos veces para reemplazar a unos que iban a fusilar".

Sobre Extremadura existen documentos de un jesuita que acompañaba a la columna de la muerte, Hernando Huidobro, que de modo reservado envió a Varela y a Franco unas protestas sobre las matanzas, "denunció que se fusilaban a presos que se habían rendido, le contestaron que al caudillo le indignaba que se hicieran estas cosas, pero continuaron".

En el marco del simposio se proyectó ayer Las cajas españolas y se abrió la exposición Sueño de libertad , de la Asociación de Ex Presos y Represaliados Políticos Antifranquistas.