Jesús Quintero hace el socio número 25 del Hogar de Mayores de la avenida de la Bondad, y desde que se abrió, hace unos 15 años, comenta, acude casi a diario para pasar el rato y participar en algunas de las actividades que oferta el centro. Pero desde hace ya tiempo cada vez le resultaba menos agradable visitarlo, la causa: el humo de las personas que fuman en los espacios comunes.

El problema, indica, es que cuando salió la ley antitabaco, se pusieron las señales de espacio sin humo, pero estas fueron retiradas, "no sé por quién, y desde entonces se fuma", ante la pasividad del cumplimiento de la normativa, Quintero ha solicitado la inspección por parte de Sanidad, y ésta atendiendo a su solicitud ha obligado a volver a colocar las señales y desde mediados de septiembre ha vuelto a ser un lugar libre de humo.

Pero esta decisión, señala, le ha ocasionado por un lado alegrías, "mucha gente me ha felicitado", pero por otro problemas, puesto que "algunos de los socios fumadores no lo han entendido". Quintero ha querido explicar, por tanto, lo que le ha llevado a dar este paso, y dice que "no solo lo he hecho por mí sino por la salud de todos".

Los motivos

Este pensionista de 78 años padece de bronquios. El era un fumador compulsivo que cogió "el vicio" con tan solo 8 años, cuando guardaba ovejas con unos chicos más mayores que fumaban y que le convirtieron poco a poco a él también en fumador. Hace unos 20 años un día de Viernes Santo, cuenta, que estaba viendo la procesión del Cristo del Espíritu Santo y su sobrino le pidió un cigarro y que entonces dijo "toma el paquete entero que no voy a volver a fumar" y lo cumplió. "Fue un milagro y lo mejor que he hecho", afirma. Además dice que desde entonces duerme mejor y respira mejor. Por este motivo quiere que se respeten los espacios sin humo, para que la convivencia "sea saludable", e indica: "yo respeto a los fumadores, pero estos también tienen que respetarnos a nosotros".

Cada día se juntan en el hogar entre 60 y 70 personas, y según Quintero, más de la mitad no fuman. "Creo que lo que he hecho es un beneficio para todos y que se tenía que haber hecho hace tiempo". Ahora, este pensionista acude con más ganas cada día al centro a encontrarse con sus amigos.