"Cuando entré en el centro era una persona muy diferente de la que soy ahora, ha sido como volver a nacer. En el fondo soy el mismo, pero con ganas de vivir la vida a tope". Quien habla es Juan, uno de los pacientes que ha pasado por el Centro de Rehabilitación Psicosocial (CRPS) de Cáceres, en una carta de despedida "como muestra de agradecimiento a los profesionales del CRPS y a los usuarios, de los que he aprendido mucho", según escribe él mismo.

Ahora, Juan tiene el alta, trabaja y el próximo año quiere estudiar un módulo de informática. Pero antes vivió momentos muy difíciles e incluso llegó a abandonar el centro. La apatía era entonces su mayor enemigo y apenas le interesaba nada, más allá de los videojuegos. Ahora está convencido de que "a los miedos hay que echarles narices" y aprender a bailar es su próximo reto. "De aquí a seis meses voy a ser el John Travolta del futuro", promete.

El de Juan es un ejemplo representativo del trabajo que llevan a cabo los CRPS extremeños. Rehabilitar a las personas que han sufrido alguna enfermedad mental y que puedan insertarse con normalidad en la sociedad es su razón de ser. Para ello, cuentan con un completo equipo de profesionales (psicólogos, terapeutas ocupacionales y trabajadores sociales) y la coordinación de la Consejería de Sanidad. En el caso del centro cacereño, se sirven también de la experiencia de la congregación de las Hermanas Hospitalarias en el ámbito de la salud mental.

"Estamos coordinados con el resto de CRPS extremeños y con otros de las Hermanas, que nos sirven como referencia para emprender nuestros programas", explica Ana Belén Roncero, directora del centro de Cáceres. A partir de esta cooperación entre la Junta y la congregación religiosa, los profesionales del centro cacereño trabajan para mejorar la situación de los enfermos mentales. Y con solo visitar el edificio donde llevan a cabo esta labor, uno experimenta la sensación de que ya están consiguiendo su objetivo, porque está a años luz de cualquier vieja concepción de psiquiátrico, "Aquí no tenemos ni guardia de seguridad", comenta la directora.

Y es que, aunque a veces se dan episodios "complicados", fundamentalmente por recaídas, los pacientes que acuden al CRPS cacereño lo hacen con completa normalidad. Allí tienen oportunidad de mejorar en muchos aspectos de su vida, desde su habilidad para enfrentarse a ciertas situaciones sociales a su psicomotricidad.

Rehabilitación día a día

Para ello trabajan todos los profesionales del centro cacereño, que día a día diseñan y modifican el plan de acción para trabajar con cada paciente, en función de sus necesidades. Así, Teo, trabajador social, dirige los viernes un programa de autoayuda en el que los alumnos comparten sus vivencias en la última semana y programan la siguiente. Jesús, usuario del centro, lo tiene claro: "Voy a comprar cómics y después a dibujarlos, porque me encantan", afirma. Pero no es necesario ocupar una plaza en el centro para asistir a la sesión. María del Mar, por ejemplo, ya tiene el alta, pero participa en la actividad porque asegura que sabe que la viene bien.

Además, el centro cacereño cuenta con un piso de apoyo para los que, como Andrés, deben trasladarse a Cáceres desde otras localidades. "Soy de Hinojal y estoy aquí de martes a viernes, muy a gusto, la verdad". Y es que no solo está encantado con el personal del CRPS, sino que "en Cáceres hay más ambiente", asegura. Aquí también tendrá pronto la oportunidad de comenzar un curso de fontanería.

Cuando consiga el alta, como cualquier otro compañero, Andrés tendrá la posibilidad de aprovechar un servicio complementario, el Programa de Apoyo Sostenido (PAS), que se puso en marcha hace un año. A través del mismo, quienes superan la fase de rehabilitación continúan, si así lo desean, contando con el apoyo de una trabajadora social para organizar su vida cotidiana, reunirse con sus compañeros, etcétera.

Las actividades de los usuarios, tanto del CRPS como del PAS, son innumerables y muy variadas. No solo se trata de clases y sesiones, sino que han logrado crear su propio periódico (loquePASa ) y tienen un blog (elclubliterarioblogspot.com ) en el que cuelgan sus relatos. Y no les faltan planes para el viernes: para comer, macarrones, y luego a tomar algo a Pizarro.