No es el inventor de R2D2, el famoso y pequeño robot de la saga de La Guerra de las Galaxias , ni trabaja en el desarrollo de androides mecanizados como Robocop o Terminator, pero el extremeño Luis Merino ha saltado al primer plano de la investigación científica tras lograr el Premio Nacional de Robótica 2008. Merino explica a El PERIODICO en qué consiste su tesis.

--Aclare el concepto: ¿qué es la robótica?

--La robótica consiste en hacer máquinas que permitan hacer de forma autónoma tareas que habitualmente realiza el hombre. En nuestro caso, nos dedicamos a la robótica móvil, a crear automóviles robotizados. Y lo que pretendemos es que sean capaces de desplazarse sin intervención humana.

--Técnicamente, ¿cómo se logra eso?

--Nosotros hacemos robots que vuelan por sí mismos mediante sensores que les permiten saber qué hay a su alrededor y un cerebro que procesa la información que reciben para saber cómo y hacia dónde moverse.

--En su caso se ha centrado en un sistema aéreo para la lucha contra los incendios forestales.

--Sí, mi tesis consiste en mecanismos aéreos, pequeños helicópteros, capaces de detectar fuego en incendios forestales mediante cámaras de infrarrojos. Imagínense disponer de una flota de robots volantes a los que se les pide que se dirijan a un lugar o cubran un área y que puedan vigilar si hay incendios. Esa es su aplicación fundamental, demostrar que se puede utilizar este tipo de tecnología para la lucha contra el fuego, detectando y localizando el foco con precisión. Y esa información se puede transmitir a un computador.

Pero además, pueden ser útiles a las brigadas de extinción, ya que pueden hacer un seguimiento al incendio con datos como hacia dónde se desplaza, a qué velocidad o cuál es la violencia de las llamas, y todo en tiempo real. De esta forma las brigadas pueden planificar su estrategia y adelantarse al fuego.

--Y los resultados, ¿están comprobados?

--Hemos hecho la comprobación a dos niveles. En un aeródromo, generando fuegos pequeños cuya posición conocíamos nosotros de antemano, certificamos que los helicópteros podían detectar el fuego e indicarnos correcta y exactamente dónde estaba localizado. Posteriormente, lo probamos con incendios controlados de varias hectáreas. Los resultados son bastante alentadores y hemos comprobado que esta tecnología puede usarse para estas tareas.

--Ese es el objetivo de la tesis doctoral con la que ha logrado matrícula cum laude y el Premio Nacional de Robótica, pero ahora ¿en qué línea trabaja?

--Estamos probando sensores inalámbricos y pretendemos que estos robots puedan utilizarse también en labores humanitarias en grandes desastres.

--¿Ha despertado ya el interés de alguna empresa?

--Estos proyectos están financiados por la Unión Europea y todos tienen un plan de explotación, es decir, un plan para que sus resultados puedan transferirse a la sociedad. Hay empresas, sobre todo aeronáuticas, que participan en el proyecto y que podrán explotarlo. Pero de momento no hay nada concreto. Sí hay proyectos similares con helicópteros que se usan dentro del sector cinematográfico para grabar determinados planos.

--¿Y las administraciones --que son las responsables de los servicios de extinción de incendios--?

--En Andalucía han mostrado interés en este tipo de tecnología. En esta comunidad ya cuentan con un sistema de torres con cámaras para detectar incendios.

--¿Qué diferencia hay con el sistema vía satélite que ya se aplica?

--La idea es la misma. El satélite puede investigar una zona más extensa, pero con menos resolución, menor precisión y con información cada cierto tiempo. Estos helicópteros son más exactos, facilitan datos en directo y permiten trabajar más cerca del fuego. Son complementarios.

--¿Qué supone para usted el Premio Nacional de Robótica?

--Ante todo, un orgullo. La comunidad robótica en España es de un tamaño medio y nos conocemos todos. Que tus colegas reconozcan tu trabajo es motivo de gran orgullo.

--¿Y laboralmente, le abre nuevas puertas?

--En el mundo de la investigación el currículo es importante. No sé si abre puertas, pero sí me puede ayudar a lograr estabilidad laboral dentro de la universidad y a obtener financiación en Investigación y Desarrollo.

--Profesor e investigador en Sevilla, usted es otro caso de extremeño que triunfa fuera...

--Cuando decidí hacer la carrera de ingeniería de telecomunicaciones me encontré con que no la había en Extremadura. Tenía que elegir, me fui a Sevilla y luego me involucré en un grupo de investigación, logré un puesto como profesor y hasta hoy.

--No obstante, la Junta defiende que lo más importante es que gente como usted regrese a Extremadura para aportar ese conocimiento aquí. ¿Lo ve viable?

--Nunca se sabe. Aquí tengo una posición relativamente estable. Dentro de las universidades es difícil moverse. Allí podría ser profesor, pero... No lo sé.