La madre del bebé que murió el jueves en Almendralejo, tras darle a luz en casa y sin asistencia de nadie, evoluciona favorablemente en el Hospital de Mérida, donde sigue ingresada. La joven tuvo que ser trasladada a este centro hospitalario dada su gravedad, pues había perdido mucha sangre por la fuerte hemorragia que sufrió por el parto, y se encontraba muy débil, pero según indicó ayer a este diario su hermana, "ya ha dejado la Unidad de Cuidados Intensivo y está en una de las plantas, donde sigue recuperándose".

Y mientras ella se recupera la familia se muestra preocupada por algunos de los comentarios que ha suscitado este trágico suceso, motivo por el que su hermana quiso públicamente desmentir algunos rumores sobre la causa de la muerte del bebé. "El niño nació bien y, no sabemos la razón por la que murió enseguida, pero mi hermana no le hizo nada malo", aseguró.

Las causas de la muerte habrá de determinarlas la autopsia, que según ha podido saber EL PERIODICO ya se ha practicado, pero de cuyo resultado nada se ha revelado. Ni la hermana de la joven hizo ayer alusión alguna a este hecho ni a la investigación que se ha abierto, ni tampoco en los Juzgados de Mérida fue posible ayer recabar esta información por ser sábado.

Los que sí ha podido confirmar este diario es que de la investigación de este caso se ha hecho cargo, de momento, el Juzgado Número 4 de Mérida, por ser el que estaba de Guardia cuando, el jueves, el Servicio Extremeño de la Salud (SES) puso el suceso en conocimiento de la autoridad judicial. Pero, al haber ocurrido los hechos en la capital de Tierra de Barros, el Juzgado de Mérida derivará la instrucción de la causa al de Almendralejo.

SORPRENDIDOS Como avanzó ayer este diario, todo ocurrió sobre las 13.45 horas del jueves, cuando la joven almendralejense, de 27 años, que estaba en su séptimo mes de gestación y había ocultado su embarazo a familiares y amigos, se encontraba en casa y comenzó a tener un fuerte dolor. Una de sus hermanas avisó al centro de salud para que fuese un médico a atenderla, pero al no poder el ambulatorio prestar el servicio alertó a Cruz Roja para que lo realizará.

Cuando los voluntarios llegaron al domicilio, el bebé ya había fallecido, y tanto el niño como la madre fueron trasladados primero al hospital comarcal Tierra de Barros por Cruz Roja, y después otra ambulancia los llevó al hospital de Mérida.

Según señalaron los voluntarios de Cruz Roja la joven ocultó el embarazo en todo momento. Incluso los padres y el resto de familiares no se enteraron hasta llegar al hospital, donde se mostraron "tremendamente" sorprendidos cuando los propios voluntarios de Cruz Roja les comunicaron lo que había ocurrido.

De hecho, sus padres y hermanos no se enteraron del alumbramiento pese a que estaban comiendo y viendo la televisión en el salón mientras ella daba a luz en la habitación de la casa de sus padres, a la que se trasladó a vivir hace ya tiempo tras romper la relación sentimental que mantenía con el padre de su hijo de 8 años. Según ha podido saber este diario, la joven vivía con el padre de su hijo en unos pisos de la zona de la plaza de toros, y al terminarse la relación se trasladó a vivir con sus padres y algunos de sus hermanos a un piso de las conocida como las 44 viviendas de la calle Santa Lucía, donde ocurrieron los hechos.