Nuestros protagonistas se llaman Javier y Tango. Javier es un joven estudiante sevillano, de 26 años, muy aficionado al atletismo. Tango es un perro bretón, color chocolate, con aproximadamente 2 años, víctima del abandono, y actual subcampeón de Andalucía de canicross, que fue adoptado por Javier en la protectora de Monesterio Vagabundogs.

En mayo del año pasado se organizó una carrera de canicross en Sevilla, en la que Javier colaboró como voluntario. Le gustó tanto esta práctica deportiva, que movido por su pasión por el deporte y el amor que siempre ha tenido hacia los animales, que se decidió a acoger un perro y entrenarlo para salir a correr con él. Fue a través de las redes sociales como conoció a un perro abandonado, sin nombre, que había sido acogido temporalmente por la protectora de Monesterio. Javier contactó con los miembros de Vagabundogs, concertaron una cita y viajó hasta Monesterio para conocer a Tango. Rápidamente congeniaron. "Después de juguetear un poco con él me di cuenta que este sería mi perro", explica Javier, a quién nunca le pasó por su cabeza la opción de comprar un animal, "ante tantos perros abandonados".

Después de todo un verano intentando recuperar el peso y la forma física de Tango, comenzaron los entrenamientos. Mientras tanto su dueño se fue instruyendo en la técnica y en la reglamentación del canicross. Dos meses de entreno fueron suficientes para acudir a la primera competición. Fue en El Puerto de Santa María. Se colocaron los últimos para no molestar al resto de participantes, pero "Tango reaccionó de manera muy positiva y consiguió un excelente crono". A partir de ahí, se formó un pequeño grupo de aficionados a este deporte que comenzaron a entrenar juntos. Acudieron a la segunda carrera en la localidad malagueña de Montejaque. Después comenzó un periplo de pruebas hasta completar el calendario de la Copa Andalucía de Clubes de Canicross de la que Javier y Tango han conseguido ser subcampeones.

"Tango no entiende de competiciones, ni de ganar, ni de los puntos que se necesitan para ser campeones...", explica Javier. Tango corre porque le gusta y deja de correr cuando está cansado, por eso es necesario el entrenamiento diario, con el que ambos se divierten. "Lo hacemos los dos juntos, yo voy detrás de él, y tanto si lo hace bien como si no, al llegar a casa tiene su premio". Nunca le riño, pues el entrenamiento debe ser una experiencia agradable para ambos". Con su experiencia, Javier quiere visibilizar la importante labor que desarrollan las protectoras de animales, e invita a quienes deseen tener un perro como animal de compañía a que se acerquen a estas asociaciones, "sus miembros lo van a agradecer, pero el animal lo agradecerá mucho más".

El canicross es una disciplina deportiva en la que el perro ayuda al corredor tirando de éste a través de un arnés y una línea de tiro. Se trata de una categoría del mushing, o trineo de perros que se desarrolla principalmente por circuitos de tierra o de montaña. Las competiciones suelen desarrollarse sobre una distancia media de unos siete kilómetros.

El canicross está reconocido en nuestro país como deporte e incluido en el reglamento de competiciones de la Federación de Deportes de Invierno.