Pasaban las 17.30 horas cuando llegaron los Reyes Magos de Oriente a la estación de ferrocarril, en tren, y sus pajes lo dispusieron todo para iniciar el desfile de la cabalgata. Partió con ocho carrozas iluminadas con neones y 250 figurantes, desde San Fernando, y llegó al centro de Badajoz cruzando el Guadiana a través del puente y la puerta de Palmas, en una estampa inédita. Dicha estampa se acentuó con la explosión por sorpresa de una traca de fuegos artificiales.

El público se congregó en la estación de Renfe para recibir a ´Sus Majestades´ y siguió el paso del desfile por Carolina Coronado y al otro lado del río, en Puerta de Palmas, para seguir el itinerario previsto por la avenida Ramón y Cajal hasta el paseo de San Francisco.

A lo largo de ese trayecto, los miembros de la corte real repartieron 7.000 kilos de caramelos, hasta llegar a al paseo de San Francisco.

Melchor, Gaspar y Baltasar bajaron de sus psicodélicas carrozas en tres puntos de acceso diferentes para confluir después en el templete de la música, donde fueron recibidos por el alcalde de la ciudad, que les dio la bienvenida en nombre de los niños y demás ciudadanos pacenses, siempre con Emilio González Barroso haciendo de maestro de ceremonias.

Tras el acto de bienvenida, los niños Javier Montesinos, de 7 años, y Rubén Raposo, de 8, leyeron un manifiesto de Unicef en el que defendieron la necesidad de proteger a la infancia en el mundo. Una protección que va desde la alimentación hasta la educación y que pasa por el respeto a los Derechos del Niño, de cuya declaración este año se cumple el 20 aniversario.