El desmán ibérico no es el único mamífero que tiene encendidas todas las alarmas en Extremadura. El catálogo de especies amenazadas en la región registra otras especies que también se encuentran en peligro de extinción, la última fase antes de declarar su desaparición. Son el lobo, el lince y tres especies de murciélagos (el mediano de herradura, el mediterráneo de herradura y el murciélago de Bechstein).

El lince ibérico es el felino más amenazado del mundo y tras décadas fuera del mapa, vuelve a vivir en la comunidad gracias al programa de recuperación Life+Iberlince. En la actualidad hay unos 28 ejemplares en libertad, gracias a las sueltas que se realizan desde el año 2014, y los éxitos logrados hasta la fecha con el programa de recuperación están dando sus frutos para que este felino pueda llegar a vivir en la región sin necesidad de la interacción del hombre.

La presencia del lobo es más controvertida y su reintroducción no se vislumbra por el momento. Hace unos dos siglos, la presencia de este mamífero en Extremadura era bastante importante, pero el cambio en las labores agrícolas, el abandono del campo y el uso de cebos envenenados acabó por desterrar al lobo de la región. En el conjunto del país se cifra entre 1.500 y 2.000 animales y hay quien asegura que se han visto ejemplares en el norte extremeño, aunque su presencia no está confirmada por las instituciones. De forma oficial, los últimos ejemplares vistos en la región se sitúan en la zona de Monfragüe y la Sierra de Gata. «Aunque ahora mismo no está en la región, tarde o temprano acabará llegando», auguran.

A estos dos mamíferos, se unen otras tres especies de murciélagos que también están catalogadas en peligro de extinción y podrían desaparecer de la región: murciélago mediano de herradura, mediterráneo de herradura y el murciélago ratonero forestal (también denominado de Bechstein). Estas son solo tres de las 25 especies de quirópteros que concentra la comunidad.

Para estos mamíferos en el punto de mira, desde la Consejería de Medio Ambiente también se han realizado planes específicos de recuperación desde 2005 a través de los proyectos Life con los que se han realizado diversas mejoras. «Ojalá de aquí a diez años podamos decir que la especie se mantiene», ansía María Jesús Palacios, jefa de la Sección de Vida Silvestre.