A pesar de los malos augurios, el sector tabaquero extremeño ha conseguido sobrevivir a su primera campaña sin ayudas europeas vinculadas a la producción. Manuel Bermejo, presidente de Agroexpansión y World Wide Tobacco España (las dos únicas transformadoras privadas que operan en el país), reconoce el esfuerzo realizado por cultivadores e industrias en los últimos meses, pero incide en que aún hay que seguir avanzando en la misma dirección, la de controlar los costes y aumentar la calidad. Subraya que es necesario hacerse a la idea de que el sector ha entrado en una "pura economía de mercado", en la que "predecir el precio de una commodity es siempre difícil", al tiempo que hace un llamamiento a la responsabilidad de los diferentes actores implicados. "No se trata de que nadie saque ventaja, sino de crear todos, de manera muy responsable, las mejores condiciones para que el tabaco tenga un futuro", sostiene.

--Esta campaña ha habido más contratación y se ha mantenido el número de cultivadores. Parece que quien vaticinaba una debacle para el sector tabaquero este 2010 se ha acabado equivocando...

--El sector tabaquero en España, y en particular en Extremadura, está teniendo que afrontar un año que yo calificaría de año puente, un año clave para el futuro, en el que tiene que demostrar al mundo que es capaz de producir un tabaco de calidad y a un precio razonable, ahora que ha desaparecido la ayuda de la Unión Europea al productor y hemos entrado en una etapa pura de mercado. Al final, en el tabaco, igual que en la economía en general, la palabra clave es generación de confianza. Si somos capaces de generar confianza en los mercados, el sector del tabaco tendrá un futuro, no ya solo un presente.

--Pero, ¿qué balance hace de la campaña?, ¿se ha puesto las pilas el sector?

--Yo diría que el sector está empezando a ponerse las pilas. Comprendo que para el tabaco es un cambio muy brusco entrar en una pura economía de mercado como la que tienen el resto de productos agrarios. Un cultivador de tomate o de maíz, por poner dos ejemplos, convive perfectamente y con naturalidad con el hecho de que los precios unos años son unos, y otros años son otros, y con que esto depende de cómo sean las cosechas en otros lugares del mundo o de las condiciones climatológicas. En resumen, de una serie de factores que afectan a cualquier commodity . El cultivador tiene que acostumbrarse a esto y creo que es algo que está comenzando a entender. Un segundo punto es que hay que empezar a hacer esfuerzos enormes para poner en el mercado un tabaco de calidad y a muy buen precio, y ahí también creo que se están empezando a dar pasos que tienen que ver con la mecanización y la automatización o con las plantas de secado común por las que han apostado varias asociaciones de productores con el impulso de la Junta. Creo que hay dos grandes retos, uno es más mental, que es entender las nuevas reglas del juego, y otro más de cómo te adaptas a ellas, lo que tiene mucho que ver con controlar muy bien los costes.

--Precisamente, en enero pasado aseguraba que el futuro del sector pasaba por que la industria fuese consciente de que había que pagar más y por que los productores comenzaran a agruparse, reduciendo costes, y aumentasen la calidad del tabaco. Y las medidas están yendo en esta línea.

--Hasta ahora las cosas van en la buena dirección, pero lo que tenemos que mirar con mucha atención es el futuro inmediato. Los datos que comenzamos a tener de tabaco en el mundo nos proyectan a un escenario de posibles estocs, lo que generaría un escenario de precios a la baja. Y si eso es así, todavía tenemos que avanzar más en la línea en la que hemos comenzado ahora: contraer nuestros costes para que al final haya el legítimo margen de beneficio en el cultivo y en la transformación del tabaco. Esto supone, al final, el mismo reto que tiene la economía española en general, el de la competitividad. Hay que ir a la calidad al mínimo coste posible.

--La nueva ley antitabaco, que entra en vigor en enero, ¿cómo puede afectar al sector?

--Pues no ayuda mucho, viendo lo que ha sucedido en otros países que han tomado algún tipo de medida similar. En estos temas antitabaco existen dos grandes escuelas , una que toma posturas más radicales, como parece que va a ser en España, y quien toma posiciones más de tolerancia entre fumadores y no fumadores. En esto hay que entender la postura del sector médico, pero también hay que tener en cuenta otros muchos factores, como los relacionados con el empleo o con los recursos que genera el tabaco. Cuando se habla del tabaco, echo de menos que no se consideren más puntos de vista.

--La Organización Mundial de la Salud ha recomendado recientemente que se limiten los aditivos en el tabaco. La UE también se ha pronunciado en este mismo sentido, ¿cómo podría afectar esto al cultivo en Extremadura?

--Esto tampoco es una buena noticia, porque en la elaboración de los llamados american blend , que es donde se utilizan los aditivos, además de tabaco virginia se incluye tabaco burley, que es precisamente el que fija los aditivos. Si estos no se emplean, será menos necesario el consumo de burley. Esto abre una incertidumbre sobre esta variedad de la que, aunque sea minoritaria, viven muchas familias en Extremadura.