La socialista Manuela Frutos lleva a sus espaldas más de 30 años de carrera política, lo que le ha permitido trabajar en parlamentos locales, autonómicos y europeos.

--Tiene una gran trayectoria...

--Sí, empecé en el año 79, presentándome a las primeras elecciones locales en Valverde de Mérida, donde fui alcaldesa durante 20 años. Estoy en el Parlamento extremeño desde la III Legislatura y fui diputada en el Parlamento Europeo desde 1.994 hasta 1.999.

--¿Qué prefiere: política local, regional o europea?

--Todas han sido una experiencia muy interesante, pero cada una tiene una dimensión. Es muy diferente la gestión en la alcaldía a teorizar sobre el Poder Legislativo, que es lo que se hace en los parlamentos. Pero la etapa que más me impactó fue la de alcaldesa, porque los efectos se notan muy pronto.

--¿Qué aprendió en el Parlamento Europeo?

--Tuve la suerte de compartir escaño con los primeros grandes de la política europea, y aprendí que todos los problemas y las necesidades que se desarrollan en los pueblos y regiones de los estados miembros se resuelven allí. Allí se toman decisiones que pensamos que no nos atañen, pero en realidad es todo lo contrario. La satisfacción más grande como extremeña y europea fue conocer de primera mano cómo se aplican los fondos estructurales que llegaban a Extremadura, que entonces era una región de objetivo uno y un ejemplo a seguir en transformación.

--¿Qué experiencia destacaría en sus 30 años de carrera?

--He vivido muchas cosas, pero lo que más me llegó fue haber cambiado totalmente la fisionomía de mi pueblo (Valverde de Mérida) en cuanto a servicios para los ciudadanos.

--Por último, díganos qué es para usted hacer Política

--Es transformar la vida de los ciudadanos a mejor y favorecer el espacio público que te toca gestionar haciéndolo lo más agradable posible para las condiciones de vida de los ciudadanos, que en definitiva son los destinatarios de la política.