María San Gil, presidenta del PP en el País Vasco, que tras el asesinato de su compañero de partido Gregorio Ordóñez optó por plantar cara al terrorismo y al nacionalismo excluyente, se reunió ayer en Badajoz con las víctimas del terrorismo y asistió a un acto público.

--Zapatero se reúne hoy con Ibarretxe. ¿Qué les diría?

--A Ibarretxe, cuando me llama a esas mesas multipartitas ya le digo siempre que cuando quiera construir el futuro pensando en la derrota del terrorismo que cuente con nosotros, pero mientras tenga de compañero de viaje a Otegi y a sus secuaces y su proyecto sea la independencia, que no vamos a contribuir. Y a Zapatero, que diga a Ibarretxe que no puede poner en peligro la España de las autonomías; debemos fortalecer el conjunto de España, que nos representa en Europa y un Estado débil en el interior lo es ante los demás. Que le diga que ayude a derrotar el terrorismo sin contrapartida.

--¿Cuál es ahora su situación personal? ¿Es el PP un partido aislado o autoexcluido?

--La soledad del PP es fortaleza en el País Vasco y en España. Somos la única alternativa al nacionalismo, porque el PSOE se ha rendido a los nacionalistas, llegando a aprobar el presupuesto de Ibarretxe con una partida para viajes de familias de presos. A nivel personal, seguimos con escoltas y en relación al alto el fuego, escépticos.

--¿Cree que con el alto el fuego asume ETA su derrota?

--Si la gente ha leído el mismo comunicado que yo, derrota de ETA: en ningún sitio. Una frase dice que decreta el alto el fuego y luego exige Navarra, Francia, la independencia. Eso es ETA. Sabiendo el anhelo de la sociedad, los políticos debemos ser fríos y analizar con cautela la realidad e intentar conseguir esa derrota sin contrapartida ni concesión. Soy de las que cree que el Estado de derecho es más fuerte que el terrorismo, lo hemos aprendido en las legislaturas de Aznar.

--¿Qué son contrapartidas? ¿Las hubo con Aznar en la tregua?

--Son dos procesos que no guardan similitud. El de Aznar lo vivimos con luz y taquígrafos; fue una reunión para confirmar si la voluntad de ETA era dejar de matar, cuando se vio que no, se fueron. Y esto viene de conversaciones que se habían negado; incluso Otegi lo reconoció en una entrevista. ETA no llega el día 22 y nos da un comunicado. Ha habido acontecimientos favorables a ETA: el pacto antiterrorismo no funciona y es el instrumento más eficaz contra ETA; la ley de partidos parece en suspenso y todos interiorizamos que vuelve Batasuna, que ha pasado de ser los parias sociales al núcleo político en la vida de Euskadi. No puede ser que esté todo el día Otegi sentando doctrina y que sea el prohombre de este proceso. ETA no concede una tregua sin contrapartidas.

--¿Hay coincidencia entre PP y un sector de víctimas del terrorismo, o es una estrategia?

--Cuando oigo a Pepiño Blanco decir que el PP no quiere acabar con ETA y que somos un obstáculo para la paz, eso no se lo dice a mi concejal de Villabona mirándole a la cara. Hablar de estrategia me suena a algo meditado y pensado y creo que lo que hay es una coincidencia plena. El Estado de derecho debe tener muy en cuenta que o ampara a las víctimas o la democracia hará aguas, porque no nos puede preocupar más Josu Ternera que la hermana de Miguel Angel Blanco. No hay estrategias, esto está por encima de la ideología. Por eso cuando Ibarra dice una cosa y al día siguiente la contraria, esto no puede ser.

--¿Cómo se puede evitar un Plan Ibarretxe II? ¿Trabajando juntos el PP y el PSOE?

--El problema es que el PSOE ya ha dicho que sí se va a sentar en esa mesa extraparlamentaria. Hay un documento de los socialistas vascos donde reconocen que hay un conflicto y hay que reformar las reglas del juego. Y se van a sentar todos los partidos menos el PP. ¿Bailar las aguas a Otegui? francamente, no creo que tengamos derecho a esa amnesia generalizada. Recordamos lo que ocurrió, no con rencor, ni con ánimos de venganza o de humillar. ¿Qué les enseñamos a nuestros hijos, que al final gana el que más mata? Fuera del parlamento no se debería negociar el futuro de la sociedad vasca y menos con un señor de una formación ilegalizada. ¿Que el Gobierno de España, del Partido Socialista, legitime una mesa fuera del parlamento? ¡Hombre, por Dios!

--Usted vincula el alto el fuego con el Estatuto catalán. ¿En qué marco?

--Creo que en estos dos años, los dos enormes errores de Zapatero han sido abrir el debate territorial, que hasta entonces era intocable, y otro el cambio en la política antiterrorista, que había tenido unos efectos fantásticos. Ha introducido el Estatuto catalán y ETA lanzó una estrategia en Perpiñán. A ETA no le parece mal que Cataluña sea una nación.

--Pero ¿desde la política?

--ETA lleva 30 años matando porque no le gusta la España de las autonomías. ETA ha recuperado protagonismo porque han visto que el presidente Zapatero es más débil de lo que lo era en la oposición.

--¿Han desatendido los españoles a los vascos?

--No. De Burgos para abajo quieren entenderlo más que mucha gente del País Vasco, que es un sitio maravilloso para vivir y que merece la pena para tener un proyecto vital. Más que valentía hay rebeldía, ¿por qué nos van a echar? No.

--¿Cómo cree que debe abordarse el proceso de alto el fuego y con qué objetivo?

--El único objetivo debe ser la derrota de ETA.