De raíces extremeñas --uno de sus abuelos era de Badajoz-- y con más de 26 años de experiencia como cirujano, Mario Alonso Puig es hoy uno de los investigadores de referencia en España sobre la inteligencia y el comportamiento humano. Sus reflexiones sobre el individuo como universo por explorar y la actitud frente a los retos que plantea la vida han sido aplicados al ámbito empresarial para profundizar en los conceptos de liderazgo, creatividad, innovación o gestión del cambio.

--¿Cuál es la conexión entre la cirugía y conceptos como el liderazgo o la motivación?

--En la facultad me sorprendió que no se dedicara ni media hora a analizar la relación paciente-medico y yo, sensibilizado sobre el enorme poder de la comunicación, decidí investigar sobre cómo incorporarlo en la curación de enfermos. Ahondé en la investigación de la mente humana, la conducta, la psicología y la neurociencia, y lo apliqué a mis pacientes. Me aseguraban que les ayudaba a sentirse más fuertes, vitales y más eficientes en sus trabajos. A instancia de ellos empecé a colaborar con escuelas de negocio, desarrollando mis percepciones sobre el liderazgo, como capacidad de sacar lo mejor de cada uno para inspirar a otros a que hagan lo mismo, o la gestión de equipos, para alinear ilusiones y voluntades y acometer transformaciones.

--¿Cuál es el punto de partida de la transformación individual?--Es necesario una comprensión más profunda de lo que nos pasa, de cómo nos relacionamos con nosotros mismos, con los demás y con el mundo. Se trata de entender que no aprovechamos todas nuestras fortalezas y posibilidades y que podemos relacionarnos con la realidad de forma diferente, con nuevas posibilidades y oportunidades.

--¿Cómo?--Vivimos de forma tremendamente superficial y hay cosas que para llegar a ellas hace falta reflexión y silencio, pararse y ahondar en el porqué de las conductas y las emociones. Solo si accedemos a ese nivel profundo podemos contactar con nuestro verdadero potencial.

--Por ejemplo, ¿qué aporta reflexionar sobre las emociones?--A nivel físico, cuando una persona empieza a conocerse mejor y a gestionar sus emociones mejora a nivel físico, sus sistemas cardiovascular e inmunitario y reduce los niveles de colesterol negativo. A nivel mental hay una menor tendencia a caer en la ansiedad, la angustia o la depresión y mejoran áreas del cerebro como la inteligencia, la memoria, la imaginación y la capacidad de aprendizaje, aumentando el potencial para hacer frente a los desafíos. También hay una progresión interpersonal: se comprenden mejor los errores de los demás. Con energía y vitalidad, con una mente más clara y al relacionarse mejor con los demás mejora, por ejemplo, la generación de nuevos productos, el trabajo en equipo o la conexión con los clientes.

--¿Cuál es el camino que propone?--Lo primero es abrirse a la posibilidad de que hay más cosas de las que vemos. Solemos pensar que lo que vemos es lo único que hay; y no es así. Luego el camino es personal. Yo me di cuenta de que había temas importantes que no me enseñaban y que podían tener una gran repercusión en la salud. Me dediqué a leer y a reflexionar. Cuando tenía un error o me encontraba mal, trataba de pararme, observarme e intentar averiguar las causas. El hecho de intentar cambiar de ser alguien que enjuicia continuamente a alguien que se observa y se explora es el camino del cambio y del conocimiento.

--¿Y el optimismo?--Más que optimismo se trata de actitud positiva. Las personas que no se sienten alegres e ilusionadas, que han perdido su empleo o que su empresa pasa por dificultades, difícilmente pueden ser optimistas. Pero sí pueden tener una actitud positiva y buscar con toda la fuerza de su atención aquello que pueda ser valioso para cambiar la situación. Ante problemas complejos tendemos a caer en la impotencia, bloqueando nuestro intelecto, la imaginación, la creatividad y la capacidad de aprendizaje, convirtiendo un simple problema complejo en un problema irresoluble. Lo que hay que hacer es cambiar de actitud y no sentirse empequeñecido, porque realmente ese es el momento en el que más claridad mental, imaginación y capacidad de aprender se necesita.