Doce mil personas llenaron ayer la plaza mayor de Trujillo para celebrar una de las fiestas más características de la localidad, El Chíviri. En este sentido, la Policía Local de Trujillo manifestó que la jornada transcurrió con total normalidad y sin ningún incidente destacable.

Todo empezó en la media noche del domingo cuando la orquesta Turgalium comenzó a entonar las letrillas tradicionales de esta jornada festiva. La primera parte de esta fiesta duró aproximadamente hasta las 3.00 horas. Pero el momento más importante del Chíviri llegó a partir de las 12.00 horas del domingo. Todos, grandes y pequeños, bailaron y cantaron las letrillas tradicionales ataviados con los trajes tradicionales o con el pañuelo rojo en el cuello. Y para recobrar la energía entre canto y canto los grupos de amigos degustaron los tradicionales productos típicos de la matanza extremeña. Todo ello fue rehogado con vino y otras bebidas.

Pasadas las 16.00 horas empezaron los servicios de limpieza para recoger la basura generada. La juventud continuó bailando El Chíviri en la calle García, zona de pubs de Trujillo.

Como manda la tradición, mujeres y hombres de Trujillo y alrededores dieron el colorido a la fiesta con sus trajes tradicionales de pastora o pastor. Ellas eligieron bien la pollera con jubón y pañuelo bien el refajo picado con blusa y corpiño. Ellos se pusieron la chambra gris o negra o el típico traje extremeño. Los hombres y mujeres que no llevaron ese vestuario, se pusieron un pañuelo rojo al cuello. Este colorido fue completado por los balcones engalanados para la ocasión. Sobre las 19.00 horas empezó la XXII edición del Festival Chíviri 2005, con el grupo de Gaiteros Concello de Ramirás, de Galicia, y la Agrupación de los Coros y Danzas Virgen del Rosario de Huertas de Animas, de Trujillo.