Más de 18.000 turistas visitan la capital cacereña durante los primeros días de Semana Santa, según informó ayer el concejal de Seguridad Ciudadana, Santos Parra, que indicó que la ciudad "ha superado todas las previsiones" y que se había convertido en un punto de referencia para el turismo, que ha llenado todos los hoteles.

Lo mismo dijo el presidente de la Unión de Cofradías, Luis Jiménez Pulido, que destacó "el ambiente cofradiero" que se respira en Cáceres y que, en tono de broma, señaló: "Al final la gente va a tener que quedarse en tiendas de campaña".

Y en este ambiente de fiesta ayer se desarrollaron los actos procesionales del Martes Santo. La cofradía de los Ramos sacó a la calle a Nuestro Padre Jesús del Perdón. Portado por 30 hermanos, paseó esta espectacular talla del siglo XVII, perteneciente a la escuela salmantina y que este año ha estrenado dos túnicas, bordadas por Francisco Franco en el taller Virgen de las Mercedes de Coria del Río (Sevilla).

La otra procesión fue la del Amparo, marcada por su impresionante silencio, que sale de la ermita en la Montaña y culmina en San Mateo. No pasó por la plaza y, como siempre, sobrecogió su austeridad, orden y la dificultad que entraña su recorrido, especialmente en la bajada a Concejo y el paso por Caleros. Para hoy está prevista la procesión del Cristo Negro, a las doce de la noche desde la concatedral.