Con la quema del pelele y la lectura del manifiesto de las lavanderas Cáceres inició ayer el Carnaval del 2006. La plaza Mayor congregó a más de 2.000 cacereños que vieron arder el Febrero --que llegó como manda la tradición en burro-- y degustaron los 8.000 coquillos y 100 litros de anís que, según la coordinadora de la universidad popular, María Victoria Rodríguez, se dispusieron para una celebración que recuperó hace ya 17 años el aula de mayores de la universidad popular y que cada año atrae a más personas.

Ellas de lavanderas y ellos de aguadores, decenas de mayores partieron de la avenida Hernán Cortés, repartiendo a su paso coquillos que dejaban un inconfundible olor a anís en la calle hasta llegar a la plaza, donde cientos de escolares --muchos disfrazados-- se unían a ellos para ver como el fuego consumía al pelele. "Afortunadamente los colegios se nos unen y es muy importante que los niños se impliquen porque son el futuro", comentó Pilar González, coordinadora del aula de mayores.

Con el manifiesto de las lavanderas se volvió a reivindicar la celebración y el papel de estas mujeres, que festejaban el Febrero --el mes más frío e inestable del año-- reuniéndose en los lavaderos, ataviadas con sus mejores galas y tocados de moño", de ahí la coplilla que dice: Los señores de levita se mueren por las del moño/ por eso a las señoritas se las llevan los demonios , recordó Manuela, encargada de leer este año el manifiesto. La Micaela, la Polea, la Galatea, la Cana, la Caritaluna, la Culolobo, la Montanchega y muchas otras que lavaban en Hinche, La Madrila o Beltrán dejaron en herencia esta fiesta, por ello, dijo Manuela, "va por ellas" y se arrancó con una canción: En el lavadero te he visto lavar/ te he visto la liga y era ´colorá´ .

El alcalde de Cáceres, José María Saponi, acompañado por numerosos concejales, afirmó en su intervención que esta era una de las fiestas "más entrañables y representativas" de la ciudad. Añadió que el Carnaval de Cáceres es "singular, distinto a los demás carnavales, pero que necesita que le empujemos entre todos" y animó a los cacereños a disfrutar estos días.

La segunda cita carnavalera de los cacereños fue ayer el pregón a cargo del mítico exjugador del Cáceres CB, Enrique Fernández, y el concurso de murgas y comparsas en el Auditorio.

Actuó de maestro de ceremonias Franquete, que con peluca de colores, pantalones agujereados, chaqueta de cuero y deportivas dijo ser "uno de los componentes de Mojinos Escozios".

Fernández, vestido de medieval, afirmó que venía a dar "el triplazo de salida a los carnavales cacereños", que deseó que resurgieran igual que "anhelo que la liga ACB vuelva y que los éxitos deportivos se vean reflejados a nivel nacional". Ambas cosas, señaló, ayudarán a que Cáceres sea "un referente de la cultura, el deporte y el ocio y que todo ello contribuya a obtener el título de Capital Europea de la Cultura para el año 2016, que creo que todos nos merecemos". El concejal de Festejos, Lázaro García, agradeció su presencia entregándole una figura del Arco de la Estrella.

Tras el pregón fue el turno de las murgas y las comparsas. El primero en salir al escenario fue el grupo Ceres, de medieval. Al cierre de esta edición continuaban sonando las coplillas de las nueve agrupaciones que participaron en el concurso.