Dónde vamos a ir nosotros a estas alturas?" Así justificaron ayer Ana Ortega y Luisa Mateos, dos vecinas de Albalá por encima de los 70 años, su ausencia en la primera manifestación en el pueblo contra la instalación en el mismo del futuro Almacén Temporal Centralizado (ATC) de residuos nucleares (previamente, ha habido otras dos en Torre de Santa María y Montánchez). A la marcha acudieron en torno a 350 personas (los organizadores elevaron la cifra a unos 500), y solo medio centenar procedía del municipio, según fuentes policiales. A la vez, unas 1.500 personas se congregaron en Palencia para rechazar la candidatura de un pueblo de esta provincia, Congosto de Valdavia, informa EP.

Desde la plataforma extremeña contraria al proyecto achacan la escasa presencia local a la división que hay en el municipio de algo menos de 800 habitantes (su presidenta, Paqui Dávila, incluso ha sido insultada en una pancarta colgada en su casa) y a las presiones desde el ayuntamiento. No obstante, Ana Ortega y Luisa Mateos se acercaron ayer, con otras amigas, a la concentración en la Plaza de España, porque --aseguran-- no quieren el ATC; "¿cómo lo vamos a querer?", preguntan también.

Ese fue el escenario en el que desembocó la marcha que desde el mediodía recorrió varias calles de la localidad, desarrollándose sin incidentes y bajo la supervisión de dos policías locales y varios guardias civiles. En ella también se recogieron alegaciones contra el ATC y estuvieron presentes diversos colectivos, como Adenex, Ecologistas en Acción, Plataforma Ciudadana Refinería No, IU o Los Verdes y se echó en falta la presencia de los líderes de los principales partidos extremeños (PSOE y PP), a los que los asistentes recriminaron que se opongan al proyecto en la Asamblea, pero no demuestren esta postura "con el pueblo" y "en la calle".

En cambio, la concentración sí contó con la presencia de varios representantes políticos de Albalá, como el concejal del PP Antonio Galán, y su entorno, como el alcalde de Valdefuentes, Alvaro Arias (PP), o el de Torre de Santa María, Florentino Carrasco (PSOE). Estos dos coincidieron en reclamar que haya unidad en contra del ATC y se evite politizar este tema.

Otras de las voces que se escucharon en el evento fueron las de Pedro Escobar, coordinador regional de IU, que advirtió su desconfianza hacia la posición de otras formaciones políticas, recordando giros como el del PSOE con respecto a la OTAN. Por su parte, Paca Blanco, de Ecologistas en Acción y conductora de la concentración de ayer, destacó que hay rumores de que Albalá está entre los candidatos con más opciones de albergar el ATC, por lo que pidió la "máxima movilización".

Así lo aseguró también la presidenta de la plataforma contraria al proyecto, Paqui Dávila, que confirmó que el análisis publicado el domingo en EL PERIODICO --según el cual, el pueblo cacereño está entre los que más requisitos cumple para albergar el almacén, junto con Villar de Cañas y Melgar de Arriba-- coincide con los datos que esta organización maneja. Por ello, insistió en la necesidad de que la sociedad extremeña se "plante" contra este proyecto, lo que aseguró que ella no va a dejar de hacer, pese a las presiones que está recibiendo en el pueblo y por las que incluso alguien de forma anónima ha colgado una pancarta en su casa insultándole.

Un tipo de comportamiento que está dividiendo a los vecinos, si bien fuentes policiales aseguran que en el municipio reina la tranquilidad. Así ocurrió ayer, cuando ningún partidario del ATC en Albalá irrumpió en la marcha en contra, cuya celebración --confirmó Dávila-- no obstaculizó en ningún momento el ayuntamiento.

EXTREMADURA SIN BASURA De este modo, lemas como "no más basura para Extremadura" o "los bidones contaminan los jamones" resonaron en las calles albalenses entonados por propios (vecinos del pueblo y la comarca) y extraños. Entre los primeros se cuentan Nancy y Herbert Murray que, pese a proceder de Estados Unidos y Reino Unido respectivamente, viven en Montánchez y temen las aspiraciones nucleares de Albalá, sobre todo porque Herbert procede de una zona (Sellafield, en Inglaterra) muy castigada por la energía nuclear.

También Manuel Sánchez, natural de Azuaga que ayer viajó con Mari Angeles Verdión desde Cáceres --donde ambos viven-- para acudir a la manifestación, conoce por la proximidad de su pueblo al almacén nuclear de El Cabril los perjudiciales efectos de estas instalaciones. "Muchos jóvenes de esa zona están enfermos", afirma preocupado por la falta de movilización contra el ATC de la sociedad extremeña, que opina que le da incluso más papeletas para albergarlo que las ventajas técnicas. "Cuando lo veamos más cerca, nos moveremos, pero temo que sea tarde", manifiesta.