Siete de cada diez reacciones alérgicas graves ocurren cuando el afectado come fuera de casa, y hay situaciones que pueden incluso producir la muerte. Con el fin de ofrecer más garantías a la población que sufre alergias a alimentos y concienciar a la sociedad de un problema que va en aumento, la Unión Europea aprobó hace tres años una normativa --reglamento 1169/2011-- que afecta a todos los sectores que comercializan, venden o sirven comidas y que entró en vigor el pasado sábado 13 de diciembre en toda la UE.

Además de clarificar en las etiquetas de los alimentos envasados los componentes que pueden causar alergias, la medida afecta directamente también a todos los bares y restaurantes, que desde el sábado pasado deben informar a los usuarios de los productos con los que están elaborados los platos o tapas que sirven, al menos tiene que informar de los 14 alérgenos más frecuentes que pueden encontrarse como leche, huevo, frutos secos,... En total, son más de 6.000 bares y restaurantes extremeños --según el anuario La Caixa--, además de servicios de catering, los que deben adaptarse a una norma que ya es obligatoria aunque sigue habiendo muchas dudas sobre su implantación y su puesta en marcha.

"A finales de año o principios de enero vamos a citar a los empresarios hosteleros para darles formación e informarles sobre cómo poner en marcha esta normativa, de lo que se va a encargar una consultora", explica Carlos Bernáldez, secretario de la Confederación Empresarial de Turismo de Extremadura (Cetex), que engloba al colectivo hostelero. "La verdad es que los empresarios están muy mosqueados ya, porque cada dos por tres tienen que cumplir una nueva normativa. Hace nada fueron las aceiteras y ahora esto. Ahora mismo estamos en unas fechas de mucho trabajo en este sector, hay que hacer cambios y necesitan un periodo para adaptarse. Va a ser complicado, imagínate los bares que realizan cada día una tapa diferente", reconoce Bernáldez.

"Va a ser imposible ponerlo todo en la carta porque sería demasiado extensa, creo que con la información facilitada por los propios camareros podemos salvarlo bien", cuenta Iván H. Rivera, uno de los propietarios del Restaurante Cayena, en pleno centro de Cáceres, que ya dispone de una reseña en su carta con los platos que son aptos o no para celíacos. "Y si alguien nos manifiesta alguna alergia, nos amoldarmos, pero nosotros no somos dietistas, podemos informar de nuestros platos pero no sabemos lo que cada uno puede comer. De momento nadie nos ha dicho nada sobre esta normativa", señala Rivero.

Como este restaurante cacereño, la gran mayoría de los hosteleros de la región no están teniendo aún muy en cuenta este nuevo reglamento, cuyo incumplimiento puede conllevar sanciones de entre 50.000 y 600.000 euros. "No tenemos constancia de que ya se estén realizando controles de este tipo, los hosteleros necesitan primero formación y estamos en ello. Sería desorbitado que se pusieran a sancionar ya, es necesario un periodo de adaptación. Ahora se necesitan más información que sanciones", insiste Bernáldez. Y así parece ser en Extremadura. La Consejería de Salud, el organismo autonómico que tiene que velar por el cumplimiento de dicho reglamento europeo, asegura que no realizará controles en los establecimientos al menos hasta que el Gobierno central no publique el reglamento propio que está preparando desde el pasado mayo para clarificar dicha norma europea, de rango superior.

La información que deben suministrar los bares y restaurantes puede ser de forma oral, escrita o a través de algún medio electrónico, pero la Asociación Extremeña de Alérgicos a Alimentos (Aexaal) pide que se realice siempre por escrito para evitar riesgos que pueden ser vitales. "Todos los camareros no pueden saber qué lleva cada plato", dice M Victoria Gil, la presidenta de Aexaal, que insiste en que está en juego la tranquilidad y la salud de miles de familias. Se calcula que el 8% de los niños y el 3% de los adultos presentan este tipo de alergia.