La región se sigue vaciando. Los pueblos pierden habitantes, pero también las ciudades se ven afectadas, un fenómeno que antes apenas se daba. Mientras a nivel nacional la recuperación mantiene su curso, la comunidad continua cayendo en población. Los datos vuelven a evidenciar que uno de los principales problemas que tiene Extremadura no deja de acentuarse. El último informe del Instituto Nacional de Estadística (INE) refleja de nuevo que la curva demográfica desciende aún más. En el último semestre la pérdida ha llegado a las 4.641 personas (-0,43%), pero si nos vamos cinco años atrás, a 2012, cuando empezó el declive, la diferencia es aún mayor: 29.133 extremeños menos (-2,7%).

La cifra actual de la región es de 1.072.884 habitantes. En 2010, 2011 y 2012 se logró no bajar de la barrera de los 1.100.000, pero el contexto actual arrastra a la caída y la no recuperación.

EMIGRACIÓN / Al analizar el descenso por grupos de edad saltan las alarmas. Más del 60% de los habitantes desaparecidos en el último lustro son jóvenes de entre 20 y 29 años, esto es, hay 17.800 extremeños menos en esa franja. Pero también es llamativa la disminución de los que tienen entre 30 y 35 años: restan 11.753 desde 2012.

¿La causa? Tal y como insisten en señalar una y otra vez los expertos en demografía, como es el caso del antropólogo y profesor de la Universidad de Extremadura (Uex) Domingo Barbolla, la falta de oportunidades en el mercado laboral obliga al traslado a otras comunidades o a otros países. ¿Consecuencias? Se marchan los jóvenes en edad para tener hijos, por lo que la tasa de natalidad se resiente. De hecho, la encuesta publicada esta semana sobre Movimiento natural de la población, también del INE, reflejaba que los nacimientos en Extremadura han caído a su mínimo histórico desde el año 1975.

ENJEVECIMIENTO / ¿Más consecuencias? El envejecimiento de los pueblos y ciudades, ya que otro dato llamativo es que mientras la comunidad se queda sin un porcentaje importante de veinteañeros, ha aumentado casi en la misma cantidad, 15.852 personas, los que tienen entre 55 y 59 años.

Y una cifra más que radiografía la sociedad extremeña es que la población más abundante es, a fecha 1 de julio de 2017, la de 52 años: hay 17.627 habitantes con esa edad. Además, habitan 299 ancianos con 100 años o más.

Otra variable más en el descenso de la curva demográfica regional es la marcha de los extranjeros, los cuales potenciaron en buena parte que aumentaran los índices de natalidad. Nuevamente, la falta de oportunidades labores obligó a este movimiento de retorno a sus países de origen. Más de 11.000 han abandonado Extremadura en los últimos cinco años. La mayor parte de los que se han marchado son portugueses, rumanos, marroquíes y colombianos. En conjunto, este colectivo ha pasado de representar el 4% de la población total de la comunidad al 2,9%.

Con las nuevas estadísticas sobre la mesa, se vuelve a comprobar que la región urge medidas para frenar la sangría poblacional que no cesa y que afecta principalmente a los jóvenes, que se siguen marchando por falta de oportunidades.