Un traje de chaqueta es un pasaporte para ascender socialmente, piensa Jorge. Lo mira de vez en cuando en el escaparate de una tienda. El destino está escrito en él, parece decirse. Va a intentarlo, lograr un trabajo para el que se necesita ese traje. Es su manera de escapar de otro destino: portero de día de un edificio de viviendas. ¿Lo conseguirá? A ello responde Azuloscurocasinegro , una de las óperas prima más relevantes de la cinematografía española del pasado año y que forma parte de la amplia programación del Festival Solidario de Cine Español, que comienza hoy en Cáceres.

El encuentro persigue, como su nombre indica, una buena causa (la recaudación de todas las proyecciones irá destinada a dos oenegés que trabajan en Iberoamérica: Ipiranga e Hijos del Sol Inti Rayni), pero sobre todo difunde, como también subraya, cine español. "Huimos de lo que se ha visto. Nos apetece mostrar un cine que no ha llegado a las pantallas cacereñas o ha durado poco en ellas", asegura Javier Remedios, de la asociación cinéfila Re Bros, organizadora del festival.

La producción del 2006 ocupa la programación de este encuentro que se desarrollará en los próximos once días, tres más que en ediciones anteriores gracias a la ampliación del presupuesto de 60.000 a cerca de 100.000 euros. El festival concluirá con la cita más popular de las que se celebran en la región sobre el cine: la gala de los premios San Pancracio, que galardona a los profesionales más destacados y sus logros durante el 2006.

CortometrajesEl festival entregará por primera vez el premio Cáceres 2016 a toda una trayectoria al director Montxo Armendáriz. De él se exhibirá su filmografía completa y se publicará un libro que analiza su producción.

Si Azuloscurocasinegro lograba los principales Goya a una obra revelación (mejor director, película, actor protagonista y acto de reparto), Zulo y Honor de Cavallería eran olvidadas por los académicos españoles. Estos dos títulos, que se exhiben también este fin de semana en el ciclo del festival Operas Primas , son dos experimentos, que muestran la cara más arriesgada del cine español.

Paralelamente, además del ciclo dedicado a Montxo Armendáriz y el que ofrece cortometrajes españoles, también arranca hoy el denominado Imprescindibles , otra selección de películas nacionales que da cuenta de la heterogeneidad creativa de los cineastas del país.

Zulo plantea una osadía argumental: un solo personaje, un escenario reducido (el espacio agujereado que da nombre al título del filme), y una incertidumbre vital: ¿qué hace allí un hombre? ¿cómo salir de esa prisión ?. Carlos Martín Ferrera se estrena como director con este título insólito, tanto o más que Honor de Cavallería . Este filme pone en imágenes El Quijote de una forma paradójicamente austera (al revés que la propia novela, tan prolija y llena de meandros verbales y argumentales). Albert Serra, su director, coge a sus dos personajes principales y los pone en el camino. Andan, recorren algo alucinados el paisaje del Ampurdán catalán, hablan, callan.

Este ciclo proseguirá la semana próxima con Remake , La distancia , Un franco, 14 pesetas , Lo que sé de Lola y La noche de los girasoles .

¿Quiénes son los Imprescindibles del año? A la vista de las taquillas, películas españolas poco vistas, algunas premiadas, y otras de casi inexistente producción. Lo es Niebla en las palmeras , realizada al alimón por Carlos Molinero y Lola Salvador, un falso documental sobre un físico europeo, nacido con el siglo pasado (1905) y del que se reconstruyen sus principales acontecimientos vitales.

También es imprescindible El ciclo Dreyer , una declaración de amor al cine (el de los cineclubs