Esto es un trabajo de chinos. Es ver cómo el dinero va pasando de unas cuentas a otras para acabar desapareciendo". Antonio Rubio, el abogado de una treintena de afectados por la supuesta estafa cometida por el exdirector de la sucursal de Banesto en el municipio de Puebla de Obando, describe así la maraña de movimientos bancarios que se observan en la documentación enviada hasta el momento al juzgado por la entidad financiera y que sus clientes y él tratan ahora de desenredar.

Más de diez meses después de que saliesen a la luz pública las irregularidades en esta oficina bancaria, la situación sigue sin resolverse, algo muy diferente a lo que ha ocurrido en Madrigalejo, donde esta misma semana se han reembolsado 300.000 euros a ocho de los afectados por la estafa cometida en la delegación de BanCorreos de este municipio. "Que yo sepa, de momento el banco solo ha arreglado dos casos en Puebla de Obando, el de de una señora a la que le dieron 10.000 euros por una transferencia que había hecho un muerto, y el de una mujer a la que le devolvieron 300 euros que le habían quitado de la pensión", dice Rubio.

Así las cosas, hasta la fecha se han presentado una quincena de denuncias, a las que se sumarán próximamente al menos otras dos. Rubio explica que de momento el banco solo ha remitido la documentación relativa a seis denuncias, a pesar de los requerimientos del juzgado de instrucción número dos de Montijo, que lleva las diligencias. El

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