Nicolás coge cuatro figuras y las reparte en dos espacios distintos. Coloca dos pequeños aviones en un lado y otros dos en el otro. Ahora le toca a Martina repartir otros cuatro juguetes en esos mismos espacios pero sin repetir lo que ha hecho Nicolás. Decidida ella, pone tres figuras en una parte y solo una en la otra. Y así hasta agotar todas las posibilidades de descomponer el número cuatro. Ellos no lo saben, apenas tienen 4 años, pero están aprendiendo matemáticas. Lo hacen con una metodología innovadora, el método ABN (las siglas de abierto basado en números) ideado por un maestro e inspector de Educación, Jaime Martínez Montero, ya jubilado, que está revolucionando la forma de enseñar una de las materias menos populares.

Precisamente por esta fama, este nuevo método de cálculo está ganando adeptos cada día. «Llevaba años trabajando con la metodología tradicional pero veía que había muchos contenidos que los niños los memorizaban pero no los entendían, había que darle un vuelco e investigando por Internet di con este método. Actualmente sigo formándome porque es un método abierto y vivo», cuenta Juan Antonio Durán Siles, maestro en el CEIP bilingüe Alba Plata de Cáceres, formador del profesorado en esta metodología y uno de los primeros docentes extremeños que incorporó a sus clases el sistema allá por el 2011.

Este colegio cacereño fue también de los primeros de la región que decidió aparcar los libros y la forma tradicional de enseñar matemáticas para apuntarse a innovar utilizando palillos, piezas de lego, juguetes, tapones, cartas,... De esta forma consiguen no solo que el aprendizaje sea más divertido sino sobre todo comprensible. Para ello, con el fin de pasar de la abstracción a la concreción, se utilizan distintos materiales que se van dejando de emplear a medida que el alumno asienta los contenidos. «Llega un punto en el que esa manipulación desaparece (siempre que el alumnado esté preparado, ya que no hay una curso o trimestre exacto para ello), y son capaces de trabajar de manera abstracta porque han trabajado antes de forma concreta. Es la única forma de que un niño entienda que un 4 no es solo una grafía sino que encierra cuatro cosas», explica el docente.

La base de ABN son los números y así las unidades, centenas, decenas,... se pueden componer y descomponer en todas sus posibilidades libremente sin aplicar una determinada regla o criterio. «Con este nuevo sistema trabajamos con el número real mientras con la forma tradicional (CBC, cerrado basado en cifras,) se trabaja con cifras. Así, mientras con el sistema cerrado en el número 123 un niño ve un 1, un 2 y un 3, con el sistema ABN un niño ve un 100, un 20 y un 3. Trabajar con la cantidad real desarrolla mucho el cálculo y los alumnos de 1º y 2º de Primaria pueden sumar fácilmente centenas, porque están acostumbrados a trabajar con la cantidad real y no siempre con unidades menores de diez que es lo que pasa con la forma tradicional», prosigue.

Múltiples posibilidades

Lo que caracteriza esta metodología es su carácter abierto, lo que permite que cada alumno puede buscar su propia vía para resolver un problema o un cálculo, ya que con el algoritmo abierto las posibilidades son múltiples. «Es una forma más enriquecedora porque se adapta a la capacidad de cada niño, un alumno necesita cuatro pasos para resolver una operación pero otro solo uno, cada uno puede avanzar a su ritmo. El alumno coloca los números como quiere y los calcula correctamente, situación que no ocurre en el método tradicional en el que si no se colocan bien los números el resultado ya no será correcto». Además, en el método ABN los cálculos se realizan de izquierda a derecha.

De esta forma se puede efectuar cualquier operación matemática: sumas, restas, divisiones, raíces cuadradas, fracciones, álgebra,... Y además sirve para practicar otras habilidades. «Lo que se pretende es que los niños aprendan de forma más fácil, comprendiendo lo que están aprendiendo. No se trata de hacer cuentas por hacer cuentas para entrenar un mecanismo, sino de entender por qué se hace esa cuenta. Para eso, con el método abierto siempre se parte de problemas contextualizados y además los niños tienen que ir verbalizando lo que hacen, cómo van resolviendo el problema», apunta la directora del CEIP Alba Plata, Ángela Egido.

En este centro público cacereño todos sus docentes están muy implicados en esta metodología que utilizan en todos los cursos y por ello es un colegio pionero en la región. «Hay docentes en otros centros que lo aplican con algún grupo, pero aquí todos conocemos ABN». De eso se encarga Durán y otros compañeros que también se encargan de formar a los maestros que llegan nuevos al colegio cuando acaban las clases. Los docentes elaboran sus propios materiales y no dejan de formarse e investigar, de hecho el colegio trabaja como un grupo de innovación en esta metodología de la que forman parte todos sus docentes (Durán tiene un blog, ha creado un grupo en Facebook e incluso un canal de Youtube donde cuelga de lo que son capaces sus alumnos).

«La motivación e implicación de los maestros es esencial y además tenemos un compromiso con los padres: los que empiezan Infantil con ABN terminan Primaria con ABN», explica la directora. «La escuela debe cambiar; nuestra sociedad no es la misma que hace 30 años y no podemos enseñar de la misma forma», destaca Egido.

Formación continua

Además de formar a los maestros del Alba Plata y a las familias para que conozcan cómo aprenden sus hijos, Juan Antonio Durán también imparte cursos de ABN a través de los CPR en Extremadura, en Castilla-León, en Madrid,... El pasado verano fue uno de los ponentes del III Congreso Nacional de ABN que se celebró en Jerez de la Frontera. «Todos los que comenzamos con este sistema tenemos clara una cosa: que no podemos volver atrás», apunta. Y lo corrobora una de sus alumnas, maestra del CEIP Dulce Chacón de Cáceres. «No podemos volver atrás, porque saca lo mejor de nuestro alumnado», señala Inmaculada Muriel. Con el apoyo de los padres, ella utiliza este método en la clase de 1º de Primaria B y su compañera María Victoria Muriel hace lo propio con 3º B. «Somos gente innovadora y con ganas de formamos en esta metodología, a pesar de las dificultades». Como ellas, hay al menos unos 40 centros en la región donde algunos de sus docentes están implicados con ABN. «Es muy importante el apoyo de la dirección del centro para poder llevar la metodología a cabo», destaca Durán.

En todas esas aulas, la matemáticas ahora no solo se entienden mejor, sino que además los alumnos aprenden más rápido. Los pequeños de Infantil pueden realizar sumas y restas con llevadas (concepto que en el método ABN no existe), y conocer hasta el número 100 aunque según su currículo solo deben conocer hasta el 9. En Primaria, los alumnos de 10 años pueden realizar ecuaciones de primer grado, raíces cuadradas mentalmente, sumar y restar polinomios, descomponerlos... tareas que corresponden al currículo del primer ciclo de Secundaria. ¿Cómo se consigue? «Calculando de otra manera, más motivadora, más fácil, más conectada con el pensamiento de los niños, más adaptada», insisten.

Basta un ejemplo más: mientras un alumno que haya aprendido matemáticas de la forma tradicional puede descomponer el número 34 solo de una forma (tres decenas y cuatro unidades), Nicolás y Martina encontrarán infinitas formas de hacerlo (2 decenas y 14 unidades, 1 decena y 24 unidades, 34 unidades, ...) e incluso con números decimales. Es la revolución de las matemáticas.