El número de bodas civiles en Extremadura ha crecido un 32% en cinco años, desde 1999 y hasta el 2003. Concretamente, se ha pasado de 681 celebraciones no religiosas a 894, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).

Sin embargo, aunque el incremento es notorio, los extremeños siguen prefiriendo casarse por la iglesia. Y es que los matrimonios civiles en la región suponen sólo un 20% del total de celebraciones, mientras que en otras comunidades como Cataluña o Asturias superan ya el 50%. De esta forma, Extremadura se sitúa como una de las regiones con más bodas religiosas.

El sociólogo Domingo Barbolla explica estas diferencias sociales entre unas regiones y otras por la influencia del individualismo en las ciudades grandes --Barcelona, Madrid o Valencia, por ejemplo--, donde "se tiende a prescindir más del factor religioso" y los ciudadanos optan por las uniones civiles, frente a una "presión familiar y social en los núcleos más pequeños, especialmente los rurales, donde prima más la visión religiosa". Barbolla señala que en muchas ocasiones las parejas eligen celebrar el matrimonio en un juzgado o en un ayuntamiento porque "el proceso de disolución es más fácil que por la Iglesia". "No hay que olvidar que el 50% de las uniones al final se rompen", añade.

Y es que cada vez hay menos uniones por el rito religioso en Extremadura, según los datos del INE. En este tipo de celebración se ha producido un descenso del 10% desde 1999. Así, mientras que hace 6 años se contrajeron 4.373 bodas según el rito católico, en el 2003 fueron 3.970.

Por provincias, donde más han aumentado los matrimonios civiles en detrimento de los religiosos ha sido en la de Cáceres, ya de un 12% en 1999, han pasado a suponer el 20% del total de uniones celebradas. En la provincia pacense, el incremento es menor, han aumentado cuatro puntos porcentuales, de un 14% a un 18%.

Los extremeños cada vez tardan más en casarse. Según el último Anuario Social de España de La Caixa, con datos del 2004, los extremeños se casan de promedio a los 29,8 años (ellos) y a los 27,6 (ellas), mientras que la edad media española está en 30 y 27,9, respectivamente. Barbolla atribuye el imparable aumento de la edad media del matrimonio a un conglomerado de factores, entre ellos a la prolongación de los estudios más allá de la universidad, la dificultad de encontrar trabajo o vivienda y la necesidad de los jóvenes de afianzar ahora la pareja y encontrar una estabilidad antes de dar el paso al matrimonio.

En cuanto a la tasa de nupcialidad --bodas por cada 1.000 habitantes--, los 4.870 matrimonios que se celebraron en el 2003 en Extremadura suponen una tasa del 5%, índice ligeramente superior a la cifra de la Unión Europea (4,8%) e inferior a la media española (5,2%). En cambio, la tasa de rupturas matrimoniales (por cada 1.000 habitantes), en Extremadura es del 3,6% mientras que en España es del 5,2%, según los datos del anuario de La Caixa.