Tras actuar en el pueblo manchego de Villarrobledo, Juan Luis Galiardo se sincera en EL PERIODICO EXTREMADURA. Durante la semana, este actor casi extremeño rueda una película. Al llegar el fin de semana, recorre España representando la obra teatral 10 .

Ayer Villarrobledo, mañana Granada. Después viaje a Nueva York para recibir en el hotel Pensilvania el premio de los cronistas y críticos de la ciudad al mejor actor de habla hispana por su interpretación de El Quijote. Luego, vuelta al avión y, nada más aterrizar en Barajas, viaje a Extremadura para representar 10 el jueves 24 de abril en Mérida, el viernes 25, en Cáceres y el sábado 26, en Badajoz.

El frenesí de estos días parece un resumen del frenesí de su vida.

-- Dicen que he vivido mucho, pero eso es según con quien se compare. Comparando con otros compañeros de vida profesional, sí he vivido mucho porque el destino me ha llevado a los epicentros de los terremotos. He vivido el proceso de llegada a España de las coproducciones internacionales, el deseo de hacer de mí un actor internacional, lo cual era imposible porque yo tenía demasiadas asignaturas pendientes en Badajoz y no podía irme a Hollywood a hacerme un galán latino. He vivido también el nacimiento de las televisiones fuertes latinoamericanas, concretamente Televisa en Méjico. He vivido la transición en España, con la aparición de nuevos productores y directores como Almodóvar, Antonio Mercero, Antonio Giménez Rico, José Luis García Sánchez, José Luis Cuerda, que nos han permitido dar un paso adelante en lo que es el cine en España. Y ahora estamos viviendo el aplastamiento del PP, que es una experiencia interesantísima de cómo los rodillos pueden acabar. ¿Qué le parece a usted el recorrido? Yo creo que interesante.

HE SIDO LUDOPATA

Sí, desde luego, pero hay también otro recorrido vital, personal, apurando la vida...

-- Si usted me pregunta a mí si he follado, he follado muchísimo. Eso que me pregunta todo el mundo: ¿Usted cómo habrá follado? Pues sí, mucho, y a veces, hasta mal. Eso sí, me he divertido mucho y también he sufrido mucho porque he bajado al mundo del hedonisnmo, he jugado, he sido ludópata, he sido muchas cosas. He vivido el mundo del cabaré, de los ligues intrascendentes, de las noches absurdas, de un espacio de mimetización de la mujer al hombre, donde la mujer pasó de ser seducida a seducir... Pues todo lo he vivido y, como decía el otro, a quien Dios se la dé, san Pedro se la bendiga.

¿Qué queda de todo eso cuando se llega a los 64 años?

-- No me ponga usted uno más, que tengo 63. Es igual... ¿Qué queda? Pues queda que a pesar de mí mismo, la energía del ADN con que vine a este mundo ha impedido que con esta vida que he llevado esté ya muerto. Yo pensaba: ¡Caray!, con lo que he vivido, yo no llego a los 50. Sin embargo, hace unos meses he batido el récord de mayores de 60 años en 50 metros libres de natación y eso seguramente no me lo merezco, sino que yo ya venía así. ¿Comprende? Le voy a empezar a hablar de usted desde que me ha llamado anciano de 64 años. Lo voy a colocar a usted en su sitio, don Alonso.

¿En qué anda ahora... usted... metido, don Galiardo?

--En una gira inmensa con una obra que me gusta mucho y que me parece terapéutica. La ha escrito Juan Carlos Rubio pensando en los deseos que que yo tenía de aprovechar la vida para cambiar comportamientos, de usar el libre albedrío para poder rectificar conductas y de alguna manera aprender algo en este jodío mundo. Me subo al escenario para hacer un acto de terapia personal que consigue ser un acto de terapia colectiva porque le gusta mucho a la gente. Esta gira (que pasará esta semana por Extremadura) la comparto con el rodaje de una nueva película de la saga azconiana de Suspiros de España y Portugal con José Luis García Sánchez, Juan Echanove, Azcona y Galiardo. Es una película distinta que se llama Hombre come a hombre .

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