La niña, que declaró desde una dependencia anexa a la sala de vistas, especial para testigos protegidos, se mostró tranquila y sin dudas.

Mantuvo, en todo momento, que Jesús S. C., sólo él y sin motivo, la maltrató. "No me portaba mal, pero me castigaba y me pegaba porque sí, porque me tenía manía". Así como que fue constante. "Todos los días me pegaba y también, a veces, me quemaba con cigarrillos, y un día me retorció las manos y me tiró por las escaleras".

También relató su encierro en el patio, atada de pies y manos. "No me dejaba entrar en casa, ni para dormir; y como me ataba los pies y una mano en alto no podía sentarme y apenas dormía".

Manifestó que Jesús S. no le gustaba, "porque es malo", y le acusó de amenazarla. "Me dijo que si me chivaba me mataría". Pero a su madre la justificó. "Mi madre no me defendía porque él la decía que si lo hacía la pegaría".