«Su educación es clasista, elitista y mercantilista. Ligada siempre a las clases dominantes y fomentando entre su alumnado un clientelismo social y político. Premiar a este segregador centro privado-concertado en detrimento de los públicos y de su profesorado competente, formado y cualificado, es un insulto claro a la educación libre, inclusiva e igualitaria, que fomenta los valores de tolerancia y respeto a los demás», fue el argumento de PIDE para posicionarme completamente en contra. «Es un ataque sin razón y un desprecio al centro y al resto de trabajadores de la concertada. Y una manera de crear de forma artificiosa una confrontación entre los modelos público y concertado que no existe en la sociedad extremeña», respondió el sindicato USO. Así comenzó la polémica la semana pasada. ¿La causa? La concesión de la Medalla de Extremadura, la máxima distinción regional, al colegio San José de Villafranca de los Barros, un centro privado-concertado y católico a punto de cumplir 125 años de vida.

La institución está dirigida por la Compañía de Jesús, más de 14.000 alumnos han pasado por sus aulas (entre ellos, el propio presidente de la Junta, el socialista Guillermo Fernández Vara) y recibe este reconocimiento -como el resto de elegidos- por su gran trayectoria.

¿Más justicia o libertad?

Pero este nombramiento ha levantado ampollas y ha enfrentado a quienes consideran que no se puede alabar un proyecto que «no apuesta por la justicia social» y los que argumentan y defienden «la libertad de enseñanza y el derecho de los padres a que sus hijos reciban la formación de acuerdo con sus propias convicciones».

A la polémica también se sumó ayer FSIE, el sindicato mayoritario de la enseñanza concertada y primera fuerza en el San José, con estas declaraciones: «Conocemos su exquisita tarea y sabemos por qué ha ido creciendo su prestigio de forma incesante. Despreciar su cometido es solo producto de la ignorancia, la envidia, el fanatismo absurdo o la incompetencia más rancia». Y añadieron: «En este centro han podido disfrutar extremeños y españoles de todos los rincones, aparte de muchos alumnos extranjeros que siguen viniendo: alemanes, británicos, latinoamericanos, franceses o asiáticos. Muchos han sido los que han pasado por sus aulas sin gozar de abolengo». Desde FSIE también reprocharon a PIDE ser una organización más dedicada «al alboroto que a la defensa de los trabajadores».

No obstante, en este último sindicato insisten: «Según el Decreto 177/2013, la distinción tiene como fin reconocer una trayectoria en favor de una sociedad más justa y solidaria». Por ello solicitan al Gobierno de Extremadura que retire la medalla al San José «y se la otorgue a cualquiera de los 700 centros públicos que educan en igualdad».

La respuesta de la Junta a esta polémica es que el citado colegio cumple con todos los requisitos. Y agregan: «En cualquier caso, la apuesta por la educación pública y el derecho garantizado de libre elección de centro de las familias se refleja en la legislación vigente en Extremadura y en los presupuestos generales de la comunidad».

Hay que recordar que de las cinco medallas que se dan, una la elije el Gobierno extremeño (este año, el Club Santa Teresa) y las otras cuatro una comisión especial (esta vez, además del San José, el Orfeón Cacereño, Victoria López, directora regional de Medicos Mundi, y el artista Pepe Extremadura).