Los médicos extremeños aseguran que la Junta no ha consensuado con ellos el nuevo Protocolo Sanitario para la Lucha contra la Violencia de Género y alertan de los «errores» del documento. El presidente del Colegio Oficial de Médicos de Badajoz, Pedro Hidalgo, afirma que se enteraron de la existencia del plan cuando fue presentado por la Consejería de Sanidad y Políticas Sociales y en la misma línea se ha expresado el presidente del Colegio de Médicos de Cáceres, Carlos Arjona, que también señala que en ningún momento se ha contado con ellos para su elaboración.

«Este tipo de documentos deben ser de actuación ante el problema de la violencia de género, no para sacarle los colores a nadie», lamenta Hidalgo.

El pasado 24 de noviembre la Consejería de Sanidad y Políticas Sociales presentó la actualización de este protocolo sanitario con el objetivo implicar a los profesionales sanitarios e impulsar su colaboración en la detección de casos de violencia de género en base a la relación de confianza entre paciente y médico. «Hemos sido desconocedores de ese documento hasta la rueda de prensa. El otro estaba ahí, este se ha hecho un refrito y se ha vestido y puesto en escena con una serie de anexos para intentar buscar una mejoría de lo que se pretende», señala Hidalgo.

A su juicio, el protocolo es «de entrada, un error importante», porque no engloba a toda la atención sanitaria que se presta en Extremadura, pues hay víctimas que van a centros concertados o mutuas «a las que no se les puede dejar al pairo de ese documento». Hidalgo, que también aboga por diferenciar entre médicos y profesionales sanitarios (la gente va al médico, no al profesional sanitario, dice), critica que el consejero de Sanidad, José María Vergeles, dijera que este nuevo protocolo es una herramienta para que el médico «pierda el miedo a denunciar este tipo de casos».

El presidente del colegio pacense asegura que el doctor no tiene miedo a denunciar y a certificar. «Lo que sí hay es miedo, temor y angustia que tiene la mujer agredida y ahí es donde hay que entrar», señala. Prueba de que el médico no tiene miedo es que «a diario realiza lo que manda el protocolo de Medicina», como demuestran las estadísticas.

MÁS FORMACIÓN/ Sí coincide en la necesidad de formación y concienciación en este problema, desde el celador hasta el personal de enfermería que atiende a la víctima «hasta que el médico tenga el tiempo suficiente». Hidalgo también ha insistido en la importancia que hay que dar al secreto y la confidencialidad «porque cuando alguien ve que sus datos pueden quedar en un ordenador, siempre le genera cierta incertidumbre», por ello reclama que hay que profundizar en ella.

Así, para Pedro Hidalgo, «si no se implica a los médicos, no le va a vender usted el documento, hay que implicarlo no solo mandándolo en formato de tocho». Además, el presidente del colegio pacense considera que abordar este problema conlleva atajar también otras cuestiones como la necesidad de más tiempo de atención al paciente, la masificación de consultas o la temporalidad laboral.