Villanueva de la Sierra, localidad que organiza desde 1805 la fiesta del árbol más antigua del mundo, acogió ayer los actos de celebración del Día Mundial del Medio Ambiente en Extremadura, con la vista puesta en la declaración del Parque Nacional de Monfragüe y la gestación del Parque Natural Tajo Internacional.

Y fue precisamente un árbol, el Magnolio de los Durán, incluido el pasado año en la lista de árboles singulares de Extremadura, el protagonista de la jornada al ser visitado por unos 300 niños llegados desde diferentes zonas de la geografía regional. "No podemos talar árboles, ni cazar sin límites, hemos de ser cuidadosos con la naturaleza y proteger los bosques de los incendios", explicó Pilar Durán, alumna del colegio público de Hernán Pérez.

Hasta la bella localidad de Villanueva, situada en pleno corazón de Sierra de Gata, también llegaron escolares del colegio Virgen de Argeme de Coria que recibieron el primer premio del Certamen Regional de Murciélagos. "Es una experiencia maravillosa tener el pueblo lleno de niños y cargado de actividades", afirmó el alcalde, José Herreno, mientras que la concejala de Cultura, Antonia Aparicio, aseguró que el Día del Medio Ambiente nació en la localidad hace 201 años, "gracias a la plantación de árboles por parte del cura Ramón Vacas que, acompañado de los niños, llenó la población de aires de libertad".

Menos festivo se tomó el día la asociación ecologista Adenex, que desplegó una pancarta en el puente romano de Mérida en la que podía leerse: "5 de junio. Medio Ambiente. Extremadura en venta", en referencia a que la política ambiental "se encuentra condicionada por los intereses económicos de las empresas privadas", como es el caso de la refinería, las centrales térmicas o el complejo de Valdecañas.