Vecinos de Valencia de Alcántara, Mercedes Santos recuerda que hace siete años su marido estaba en comisión de servicio en Madrid, motivo por el que aquel 18 de mayo del 2003 viajaba en el autobús siniestrado.

Sufrió varias fracturas de costillas, abrasaduras por los cristales en la espalda y la cabeza, y rotura del tabique nasal, por lo que, señala su mujer, "no fue de los heridos más graves". Pero pese a ello, añade Mercedes, "sí le ha afectado mucho psicológicamente", tanto, reconoce, que aún hoy, siete años después, "sigue sin poder viajar en autobús, ni tampoco en coche si no conduce él".

Como todos los afectados, lo único que quieren ya es olvidar, "pues realmente mi marido lo pasó muy mal y aún le sigue afectando el recordar".