El circo romano de Mérida forma desde ayer parte del circuito de visitas turísticas a monumentos de la capital extremeña, después de que la Junta haya invertido casi 860.000 euros (143 millones de pesetas) en las obras de mejora y en la construcción de un centro de interpretación del recinto, en el que se explican algunas de las peculiaridades de los habitantes de la época.

Este espacio, creado hace unos dos mil años para celebrar espectáculos en la ciudad y que funcionó hasta el siglo V, ha sido consolidado por la Junta dentro del Proyecto Alba Plata, excavando el solar, y mejorando el graderío y la espina central de la elipse. El circo tiene ahora 417,3 metros de largo por 112 metros de ancho, y se ha reforzado el vallado y mejorado los accesos.

Por su parte, el centro de interpretación sirve también como mirador y punto de partida de los recorridos por el monumento. En él se hace referencia a personajes como Diocles, que corrió en este circo, y cuya existencia está documentada en restos como un mosaico en el que aparece junto a sus caballos y que da nombre a uno de los pabellones polideportivos locales.

Según explicó la arqueóloga del proyecto, Eulalia Gijón, el circo "es comparable en tamaño al de Toledo, pero se mantiene mejor, incluso nos puede ayudar mejor a comprender mejor que el propio circo de Roma".

Durante la inauguración, el presidente de la Junta, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, manifestó que estos yacimientos "son nuestro petróleo, porque generan riqueza, por lo que Mérida no se debe hartar nunca de piedras, cuantas más aparezcan, mejor". Además, señaló que con esta obra "la gente se quedará en la ciudad más tiempo para verlo todo", y recordó que su primer suelo lo ganó junto a estas ruinas "vendiendo papeletas".

Por su parte, el alcalde de Mérida, Pedro Acedo, dijo sentirse "extraordinariamente feliz".