La lluvia caída minutos antes del inicio previsto para el comienzo de la cabalgata de Reyes en Mérida, unida al fuerte viento, hizo que los responsables de Festejos se reunieran con los miembros de las asociaciones que habían montado las carrozas, pero no impidió que finalmente el desfile real saliese, con una hora de retraso, e hiciera el recorrido completo que se había fijado. Además, también se celebró la quema de fuegos artificiales al final de la comitiva entre el puente Nuevo y el Lusitania.

En total, hicieron el recorrido un total de 17 carrozas, que repartieron 3.500 kilos de caramelos y llenado de ilusión a los centenares de pequeños y mayores que, primero en las calles y después en la plaza de España, acudieron un año más al encuentro con sus Majestades.

NEGOCIACION

Responsables municipales y de los distintos colectivos se reunieron por espacio de una hora en el polideportivo de Nueva Ciudad y acordaron que la cabalgata saliese, y que si la climatología impedía hacer todo el recorrido, que cada carroza regresase a su lugar de origen y las de los Reyes Magos finalizara en la plaza de España, donde los Magos de Oriente saludaron desde el balcón del ayuntamiento.

De esta forma, las 17 carrozas, y no 21 como se había informado desde Festejos, que comenzaron el recorrido lograron terminarlo, formado una estela de música, color y, sobre todo, ilusión muy aplaudida durante las más de tres horas de desfile y al final del mismo, con afluencia masiva en la plaza de España, donde terminó la fiesta de los más pequeños minutos después de las 21.00 horas.

En esta ocasión, Melchor estaba acompañado por la Asociación Juvenil Imagine; Gaspar, por la de María Auxiliadora; y Baltasar por Onda 36, la asociación de radioaficionados.

UN PASACALLES

Por otro lado, la lluvia y el viento si echó atrás la salida de todos los pasacalles previstos, y sólo lo hizo uno, el que había sido contratado por el ayuntamiento.

Sin embargo, no impidió la quema de fuegos artificiales entre los puentes Nuevos y Lusitania. Se da la circunstancia de que el pasado 10 de diciembre, día de Santa Eulalia, esta misma traca no se quemó a causa de la lluvia, y ayer casi sucede lo mismo.

Pese a esta adversidad, los vecinos se echaron a la calle para ver la comitiva Real y, de paso, hacerse con algunos de los caramelos que se repartieron --3.500 kilos en total--, y los más pequeños se acostaron ayer con la ilusión de ver cumplidos hoy sus deseos, materializados en juguetes.