Tenemos miedo a los perros y miedo a las serpientes. ¿Qué miedo es más sensato? Parece que son más peligrosas las serpientes.

¿Cuál es la probabilidad de que te encuentres con una serpiente? Muy baja. ¿Y con un perro? Muy alta. Es decir paseando por un parque de Madrid a las tres de la tarde, ¿te puede picar una cobra? En cambio, si vas con un bocadillo de jamón, sí te puede morder un perro.

Yo tengo miedo a las serpientes, pero me gustan mucho más las personas que tienen miedo a los perros.

Recuerdo que antes de dormir solía mirar debajo de la cama por si acaso. En Europa tenemos más miedo a las serpientes que en África. ¿Dónde está la sensatez del ser humano?

Muchos de nuestros miedos son irracionales y, por ello, pertenecen a la mente. Los crea, los desarrolla, pero también los hace desaparecer la mente. «Los miedos los llevamos en los genes» ya que gracias a ellos hemos llegado a ser lo que somos como especie en este planeta y por eso no podemos evitar crearlos, pero sí podemos evitar desarrollarlos o incorporar estrategias para que desaparezcan.

El miedo es muy bueno inicialmente porque es una emoción que te avisa de posibles pérdidas.

Nos hubiese sido muy útil si desde pequeños en la escuela nos hubiesen enseñado a saber gestionarlos o al menos a decirnos con mucha claridad que existen, que los vamos a vivir y que parte de nuestra felicidad dependerá de cómo nos relacionemos con ellos.

Preferimos que se aprendan los ríos de Asia. Por cierto, ¿te acuerdas de algún río de Asia?

Lo triste es que si te acuerdas es porque has estado en China pero no porque los hayas estudiado en el colegio.

Deberíamos reflexionar desde la educación en esta última frase para analizar cómo nuestros alumnos aprenden mejor.

Por cierto, felicidades a los que tienen miedo a los perros. Es un miedo racional.

Y tú, ¿cómo te llevas con el miedo?