El 29 de octubre de 1963 Tomás Calvo Buezas llegó a Cartagena de Indias huyendo de la hostigación del régimen franquista. Tras 19 días de viaje en un viejo barco, este tornavaqueño hijo de maestros, de padre placentino y madre jerteña, se quedaría a vivir cinco años en América Latina, donde también ha ejercido durante los últimos 35 como profesor y catedrático de Antropología Social. Antes, 1959 a 1963, había sido el impulsor y consiliario del movimiento de la juventud obrera en Trujillo. Profesor en Colombia, Venezuela y México (1963-68), director del Centro Hispano en California y Nueva York (1973-77), fundador del Centro de Estudios sobre Migraciones y Racismo de la Universidad Complutense de Madrid, representante de España en la Comisión Europea de la lucha contra el Racismo del Consejo de Europa (1996-2002) y con más de una docena de libros y 200 artículos escritos a sus espaldas, el antropólogo más internacional de Extremadura se postula de nuevo para recibir el reconocimiento más importante que otorga la comunidad autónoma.

La Asociación de Ciencias Sociales de Extremadura (ACISE) ya pidió, sin éxito, la Medalla de Extremadura para Calvo Buezas el año pasado y ahora ha vuelto a presentarlo como candidato óptimo para este galardón aportando cerca de un millar de cartas de apoyo a su figura. De estas, casi 200 pertenecen a países de América Latina, Europa, Estados Unidos y otras partes del mundo. "Es un gesto que mucho agradezco, pero estimo que las Medallas hay que otorgarlas más que a personas, a causas, en este caso, de solidaridad con los inmigrantes y desprotegidos, máxime en tiempos de crisis. Tal vez eso y haber llevado con orgullo el nombre de Extremadura por el mundo sean las razones de haber recibido 941 cartas de apoyo de tantas instituciones y personas de todo el mundo", declara Tomás Calvo Buezas.

Más de 900 cartas deapoyo en todo el mundo

El antropólogo explica que una tercera parte de estas cartas son de residentes en Extremadura, "sobresaliendo el apoyo popular de Trujillo con más de 250 adhesiones, incluido el Ayuntamiento en pleno". Hay además 1.825 cartas de 32 países diferentes, 115 de América Latina, 31 de Estados Unidos y 39 de diversos países de Europa y del mundo. Y dentro de estos, asegura el profesor que hay "un gran y diverso abanico de organismos": casi un centenar de universidades y centros de investigación, más de 50 asociaciones de inmigrantes, musulmanes, judíos, gitanos, refugiados y personalidades de distintos partidos políticos. Destacan una exministra socialista que no especifica; el actual ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre; varios europarlamentarios y diputados; el Defensor del Pueblo Andaluz; cinco Medallas de Extremadura; un obispo; rectores; un diputado del Estado de Texas; un juez de la Corte Suprema de Portugal; un embajador de Corea y así, otros más. "Mucha generosidad por su parte que cordialmente agradezco", explica el catedrático.

Pese a haber recibido un total de 11 premios nacionales e internacionales y haber realizado varios trabajos sobre antropología, derechos humanos o emigración, nadie es profeta en su tierra y Tomás Calvo Buezas no es una excepción. El catedrático emérito y sus trabajos son hoy absolutos desconocidos para cientos de extremeños. El sin embargo, asegura que combate esa ignorancia "aumentando el orgullo de ser extremeño, explicando lo bello de nuestra tierra y celebrando congresos internacionales en Cáceres, a pesar de ser profesor en Madrid. Haciendo conocer a muchos investigadores extranjeros nuestra Extremadura, volviendo la mayoría con sus esposas y amistades a disfrutar de nuestra generosa hospitalidad", dice emocionado.

Muchos tal vez sí lo recuerden por esa mítica frase que pronunció y el expresidente Juan Carlos Rodríguez Ibarra hizo suya: "hay que bajar al conquistador del caballo". Fue el titular de una entrevista que concedió en 1979 con motivo de una ponencia en el VI Congreso de Estudios Agrarios. "El expresidente Juan Carlos Rodríguez Ibarra la popularizó pedagógicamente en 1992, con motivo del V Centenario, lo cual constituyó para mí una satisfacción, pues sigo pensando que no son las espadas lo que debe simbolizar la fraternidad entre Extremadura y América. En mi caso además que estoy casado con una indo-hispana mexicana y tengo hijos mestizos, es aún más necesario proclamar que no son las relaciones de poder y conquista los mejores vínculos con los americanos, sino el encuentro de sangres y culturas, que siempre han sido los verdaderos agentes de todas las civilizaciones humanistas".