A punto de ser izado al aire, Víctor Cerro sentía miedo. "¿Lo he hecho todo bien?", se preguntaba. Disponía de cinco minutos para liberarse de una camisa de fuerza antes de que el fuego atrapar su cuerpo.

Pero todo estaba calculado: tres minutos y medio para soltarse y el resto de margen por si algo fallaba. Nada falló y ese (el pasado año en Cáceres) fue su último reto como mago.

El próximo, aún un secreto, lo desvelará el domingo en Extremagia, una reunión de magos nacionales e internacionales que ha logrado convocar este extremeño, popular a raíz por sus apariciones televisivas en Extremadura y sus desafíos, que recuerdan a los del mago más grande de la historia: Houdini.

Cerro es la punta de lanza de un grupo reducido de magos de la región que han volcado horas de práctica en la persecución de trucos capaces de dejar con la boca abierta a sus espectadores.

"Hay en el interior de la gente un deseo de que existan cosas que en realidad no existen. Aunque sepan que hay un truco; pero durante un instante les hacemos olvidar lo que les rodea", afirma Cerro.

El dirige Extremagia (www.extremagia.com ), que agrupa la mayor parte de sus actividades este fin de semana en Don Benito.

GALAS Lo mejor de esta cita se concentra en las cuatro galas, a las que acuden algunas de las mentes más maquiavélicas de este universo. Una, que protagoniza en el teatro Imperial en exclusiva Jorge Blass, popular ilusionista de la cadena Cuatro.

Otra internacional, mañana en el mismo escenario, ha convocado a la china Huang Zheng, experta en manipulación, con un toque de cultura oriental. Juan Mayoral aportará un dominio tecnológico que le ha llevado a formar parte del Círculo A, algo así como el grupo de estrellas de la magia, en el que solo hay otro español, Juan Tamariz. El extremeño Jordiman desplegará magia con humor y Patri Zenner, también extremeña, su magia bizarra (donde su autora va narrando una historia). Los argentinos Brando y Silvana también siguen una vía teatral para desarrollar sus números, mientras que Yunke ofrecerá ilusionismo.

Víctor Cerro recuerda cómo en los años 70, Willman, un mago uruguayo, conmocionó a los espectadores transformando un truco de aparición de leones y tigres en otro de gatos: hasta una docena hizo aparecer ante el público. Ecos de ese número se verán en la gala de honor que presenta mañana este artista en el Imperial. Le acompañarán Patri Zenner y Alfred Cobami. Este último, nacido en Navalmoral de la Mata, reivindica la magia clásica en grandes teatros. Desde los 18 años se dedica a ello profesionalmente. "Aunque a los 4 años hice mi primer truco. Y a los 12 me fabriqué mi primer aparato", afirma.

Y para los que crean que han visto todo sobre las cartas, Dani Da Ortiz, "el mejor cartomago de España", según Cerro, les dará pruebas de asombro en una actuación mañana en el Auditorio de las Escuelas del Ave María a las 18.00.

Pero la magia de estos días en Don Benito va más allá de los escenarios. Se ve en una exposición sobre la historia de esta práctica (Museo Etnográfico hasta mañana), en la calle (mañana, a las 12.30 en la plaza de España) y en una serie de conferencias para profesionales. "Pensamos en reunir en Extremadura a los mejores magos del mundo --explica Víctor Cerro-- y a la vez mostrar que la magia puede aplicarse a otros campos. Así que organizamos unas conferencias especializadas".

¿Tiene usted intención de ampliar su negocio, captar más clientes? Alfred Cobami le indica cómo hacerlo, por ejemplo "utilizando técnicas para fomentar el don de gentes que tenemos los magos", explica.

¿Problemas para aprobar oposiciones? Ignacio Pérez, especialista en superación, le orientará para que pueda memorizar esas páginas que dan tanto trabajo. ¿Dificultades para resolver un problema matemático? José Navarro tiene la fórmula. ¿Nuevos trucos para su profesión de mago? Aquí le ponen en contacto con Dani da Ortiz. Eso sí, deberá tener el pedrigrí de mago para conocerlos, pues el encuentro solo está reservado a ellos.

VIRTUDES Y podrían añadirse también las virtudes sanadoras de la magia: durante esta semana, los magos extremeños han visitado centros hospitalarios, para discapacitados y asilos. "Ahí hacemos una especie de magia todoterreno, con desapariciones y apariciones de objetos, con otros que se rompen y se recomponen", explica Jordiman, de Navalmoral de la Mata.

Jordiman se hizo mago gracias a Juan Tamariz, quizá el mago más famoso de España. Compró unos fascículos donde descubrió este mundo insólito. Le bastó una invitación para actuar y allí desplegó su incipiente afición. Ya no lo dejó. Conoció a otros magos, intercambió con ellos conocimientos y amplió su repertorio hasta especializarse en magia de escenarios, con humor y participación de la gente. También Víctor Cerro se encontró con la disyuntiva de elegir su profesión. Tenía su carrera enfilada hacia la biología. Y durante cuatro años vio como un amigo de la facultad realizaba un día tras otro un experimento (extraer un caroteno: compuesto químico). "El esfuerzo era bestial, pero no valía para nada".

En ese momento comprendió que la magia permitía la experimentación para llegar a un resultado. Su campo fue el del mentalismo (adivinación) y grandes desafíos como el que protagonizó en el 2007 en Cáceres al colgarse atado de una grúa.

Hacer aparecer un avión en Coria, desatarse de las cadenas que lo mantenían sujeto a las vías por las que se aproximaba un ferrocarril son otros de los hitos de este mago, que no le teme al fracaso. "Somos humanos y naturalmente que fallamos; pero basta con reconocerlo".

En todos su números, Cerro se ayuda de Patti Zenner, que hace tres años decidió ser maga profesional. Y buceó en las leyendas extremeñas para hacer magia. La de la serrana de la Vera y la de la mujer de Garganta de la Olla, que robaba la imaginación de los niños para que ella se mantuviera joven. Corte de cabezas y adivinaciones de pensamientos son dos de los números que rodean la escenificación de estas leyendas.

El encuentro de Don Benito tal vez sirva para que la magia entre en los circuitos de ocio de la región: en sus escenarios públicos, en las salas pequeñas o incluso en bares que programan habitualmente música. "Es posible que al no haber muchos profesionales no haya gran demanda", opina Jordiman.

De momento, el último gran truco de Expomagia lo hará Víctor Cerro el domingo, en otro de sus desafíos, quince minutos antes del partido de la fase de asceno que disputan Don Benito y Móstoles en el estadio municipal. ¿Qué ocurrirá?