Las interrupciones voluntarias del embarazo han crecido casi un 5% en el último año en Extremadura. Durante el 2018 un total de 1.283 extremeñas decidieron abortar y eso supone la tasa más elevada desde el año 2013. En los últimos 20 años el pico máximo se dio en el 2011, con una tasa de 7,57 abortos por cada mil mujeres de entre 15 y 44 años y un total de 1.657 interrupciones voluntarias.

Desde entonces los datos han ido bajando progresivamente en la comunidad hasta un nuevo repunte detectado el año pasado. Los 1.283 abortos registrados en 2018 suponen una tasa de 6,71 por cada mil extremeñas. No obstante, la posición de Extremadura no varía y sigue estando a la cola de la clasificación nacional. Solo en Castilla y León y en Galicia se registran menos abortos que en la región. A la cabeza están Cataluña e Islas Baleares, con tasas que doblan a la extremeña.

Pero detrás de todos esos números hay rostros. Mujeres con situaciones muy dispares que en la mayoría de los casos se enfrentan a una decisión nada fácil. Entre las 1.283 extremeñas que abortaron el año pasado, cinco no habían cumplido todavía los 15 años (13 años la más joven) y otras 146 tenían menos de 20 años. También interrumpieron su embarazo 100 mujeres que superaban los 40 años.

EXHAUSTIVA RADIOGRAFÍA / El informe que elabora cada año el Ministerio de Sanidad es tan minucioso que permite hacer una radiografía completa de la situación. Y un dato que puede llamar la atención es el número de mujeres que en una sociedad tan sobreinformada y accesible reconoce que no había utilizado métodos anticonceptivos para evitar el embarazo: el 51% de las que abortaron el año pasado, 651 mujeres en números absolutos. Entre las que sí los emplearon, el método barrera (el preservativo) fue la opción más popular (el 30,9%).

Las estadísticas también desvelan que la gran mayoría de los abortos, más de 1.100, se produjeron por petición de la propia mujer, es decir, sin que se dieran circunstancias médicas que pusieran en riesgo su vida (71 casos) o la del feto (13) ni graves anomalías (59). Y mayoritariamente, en el 65% de los casos registrados en la región, la interrupción del embarazo se produjo antes de las nueve semanas de gestación. Luego hubo otras 360 interrupciones voluntarias del embarazo que tuvieron lugar dentro de las 14 semanas previstas por lo que legalmente no se requirio ningún tipo de justificación (siempre que la mujer sea mayor de edad). Un total de 104 abortos se produjeron por encima de ese plazo legal (98 antes de las 22 semanas, el tiempo máximo establecido en el caso de que el desarrollo del feto comprometa su vida como una persona sana y otras seis interrupciones se produjeron con más de 23 semanas de gestación).

En la mayoría de los casos, las mujeres que se enfrentan a esta situación recurren a la sanidad pública para encontrar información. Y pese a que es la fuente más consultada, en prácticamente todos los casos las mujeres extremeñas no pueden abortar en la sanidad pública, que se acoge a la objeción de conciencia de sus profesoinales, «salvo circunstancias excepcionales de riesgo vital para la madre por indicación clínica», según informan desde el Servicio Extremeño de Salud (SES).

CUATRO CLÍNICAS PARA ABORTAR / Desde aquí son, por tanto, derivadas a otros centros en función del periodo de gestación en el que se encuentren: hasta las 22 semanas se derivan a la Clínica Guadiana de Badajoz; hasta la semana 14 y solo a las residentes del norte extremeño que lo deseen se les ofrece acudir a la Clínica Multimédica de Salamanca; y aquellos casos de extremeñas que superan las 22 semanas de gestación son derivadas a la Clínica Dator de Madrid. Además, también se pueden realizar derivaciones a la Clínica Ginesur de Sevilla «en determinados casos a petición de facultativos que consideran riesgo para una inducción en clínica», reseña el SES. La derivación supuso en 2018 un coste de 540.410 euros, cada caso «oscila entre los 450 y los 2.800 euros según las semanas de gestación», informa la Consejería de Sanidad.

El informe del ministerio desvela también que casi 600 extremeñas habrían sido madres primerizas de haber prosperado la gestación y que para más de 900 era la primera vez que se sometían a este tipo de intervención. Una curiosidad: para ocho mujeres fue su cuarto aborto voluntario y para dos, el quinto.

Y una última conclusión: el perfil medio de la mujer que aborta voluntariamente en Extremadura es una joven de entre 25 y 29 años, con un nivel de estudios máximo de la ESO, trabajadora por cuenta ajena o desempleada, sin hijos ni abortos anteriores que no tomó precauciones y decide interrumpir su embarazo por petición propia, es decir, sin que se den circunstancias que pongan en riesgo su vida o la del feto ni graves anomalías.